-Tranquilo yo también ronco y lanzo patadas-Emilio soltó una carcajada, amaba la inocencia de su amigo, y la manera tan eficaz con la que podía pasar los problemas, alguna vez.
-No ese tipo de problemas, tengo un trastorno… es extraño –Intentó explicarle.
-¿De qué se trata?-cuestionó el castañito de mejillas sonrojadas con su cara de sorpresa
-Padezco de sexomnia…- y el castaño no entendió nada de lo que le dijo su amigo.
-¿Y eso con qué se come?-bromeó, y Emilio volvió a reír.
-¿Seguro quieres quedarte a dormir conmigo?-le cuestionó con un tono pícaro, disfrazado de preocupación, lo suficientemente creíble para el menor.
-¿Si supiera que es eso tendría que no estarlo?
-Totalmente.
-No puede ser tan malo, he dormido con Niko, sus pies apestan ¿Qué te puede hacer peor?-preguntó muy confiado.
-Que tengo sexo inconscientemente cuando duermo, sin importar con quién sea.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.