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Fresas.Reki Kyan olía a fresas.
Aquel pelirrojo carismático desprendía un aroma dulzón.
Aunque estuviera a unos cuantos metros, aquel olor llegaba.Hola Reki.
Saludó Langa sin mirar directamente a aquel chico, el cuál aún se acercaba.
¿Eh? ¿Cómo sabías que estaba aquí? Jo.. Yo que quería asustarte...
La única respuesta del contrario fue una pequeña sonrisa.
Un día en el instituto, el canadiense pudo observar como en el descanso el de ojos ambarinos comía una cuantas fresas.
Sin poder evitarlo soltó una pequeña risita.
Oh ¡Langa! ¿Quieres una?
El portador de las fresas ofreció una.
El ojizafiro miró su mano ligeramente bronceada, ahora con una fruta dulzona.Sin más dilación se acercó y cogió aquella con su boca, como si estuvieran alimentandolo.
Un pequeño sonrojo apareció en la tez del más bajo.
¡L-langa! ¡No seas perezoso y cogela!
Si, si.
Responde con poca importancia, aunque en su interior se sentía algo feliz por haber logrado sacar un pequeño sonrojo al ambarino.
Se sentó al lado del más bajo y robó una fresa más.
Ah, si, ¡mira este nuevo truco!
Relata feliz, enseñando su teléfono, en el cuál se veía un vídeo reproduciendose.
Así, pasando ese descanso con un Reki comentando con emoción y un Langa disfrutando su compañía y escuchando con atención.