Sólo una Noche.
XiCheng.
FINAL. - Parte I.
NOTA: Originalmente no planeaba dividir el final, pero me di cuenta de que en mi boceto original de este capítulo dejaba muchas cosas inconclusas, así que lo escribí de nuevo y dado que salió todo muy alargado, decidí dividirlo. Esta parte es más que nada para comprender un poco más el pasado de Jiang Cheng.
Un pequeño niño de tan sólo once años de edad jadeaba y envolvía con sus delgados brazos el cuerpo tembloroso de un joven de catorce años. Este último era víctima de estremecimientos y sonidos ahogados saliendo de su garganta irritada de tal forma en que, al ser sostenido así por el más pequeño, parecía ser que los roles entre ambos se invertían, siendo el menor el encargado de entregar consuelo y protección.
Ambos se encontraban en el piso, el cual toda la vida del pequeño se caracterizó por poseer un aspecto impecable con su brillante color marfil, pero que esa noche se destacaba por aquellas incandescentes manchas carmesí que lo adoraban alrededor de ambos. Era de aquel tipo de manchas dignas de una película de terror, que ponían la piel de gallina y hacían estremecer a más de uno.
Pero, esa noche, nada hacía estremecer más a aquel niño de ojos violeta que la figura imponente y oscuramente peligrosa de la mujer que se alzaba justo frente a ellos, iluminada por la leve luz que llegaba a ellos desde la cocina.
—Jiang Cheng —dijo ella entonces, en aquel tono de voz ronco y extremadamente calmo que hacía al corazón del pequeño encogerse en un puño dentro de su pecho—. Lo diré una última vez y por tu bien será mejor que me obedezcas. —Aquellos ojos violeta, tan iguales a los del niño, relampagueaban con una emoción furiosa—. Suéltalo, Jiang Cheng, ahora mismo. Suéltalo y ve a tu habitación. Este no es tu maldito asunto.
El pequeño Jiang Cheng de tan sólo once años se estremeció, mirando de hito en hito la expresión furiosa y oscura de su madre, pero sus pequeños brazos jamás soltaron al joven que sostenía entre ellos con protección absoluta.
No lo entendía. Su cerebro, joven y aturdido por lo intenso del momento, no lograba concebir la idea de que aquella mujer frente a él era la misma madre a la que había amado toda su vida. Porque la amaba. ¿Qué niño no había amado a su madre? Pero, por primera vez en su corta vida, ese sentimiento tan cálido que le invadía cada vez que miraba el rostro de su progenitora ya no se encendía en su pequeño corazón. Todo lo que podía sentir aquella noche era un atenizante temor que le cortaba la respiración y hacía que sus extremidades temblaran.
Miedo de ella.
Miedo por su hermano...
Como si pudiera leer la negativa en los ojos del pequeño, que eran tan similares a los suyos, la mujer apretó los labios en una fina línea y su mano derecha se tensó, lista para alzarse con el objeto brillante y metálico que sujetaba. Esa misma vara que tenía gotas de sangre cayendo desde la punta y que, si el pequeño Jiang Cheng alzaba el rostro del joven que yacía en su regazo, seguramente encontraría las marcas de ella en todo su rostro.
¿Cuánto tiempo llevaba pasando aquello?, se preguntó Jiang Cheng con dolor.
¿Cómo es que nunca se había dado cuenta? ¿Por qué su hermano lo había mantenido en silencio de esta manera...?
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Solo una noche. (XiCheng)
FanfictionJiang Cheng es un chico universitario que vive la vida como se supone que debería ser; siendo responsable y siempre velando por su familia. Es por ello que se considera el más calmo y responsable entre sus hermanos. Sin embargo, una cena importante...