Tardaron unos cuarenta minutos en llegar al parque de atracciones. Noah pagó las entradas. Después de observar un mapa del lugar, Gaten señaló la gran construcción que se veía a lo lejos.
—¿Qué les parece la vía del doctor desquiciado?
Era tal vez el juego mecánico más temible que había. Las vías parecían garabatos hechos por un niño de un año.
—Prefiero el carrusel... —comentó Finn.
—No vinimos hasta aquí para subirnos a un juego de bebés —repuso Noah y pasó un brazo por el cuello de Finn.
—No es broma, prefiero subirme al carrusel —contestó el guitarrista. Le inquietaba la forma en que viraban los vagones del juego, inclusive sintió nauseas.
—No tengas miedo, Finn, no te pasará nada —le tranquilizó Izabela.
—No has visto Destino final 3 ¿cierto? —inquirió Finn— Un grupo de jóvenes acaban muertos tras subirse a un juego como este, por falla mecánica.
—¿Se van a subir o qué? —terció Iris impaciente.
—¡Mira esa actitud, Apatow! ¡Sabía que eras de los nuestros! —dijo Caleb. Acto seguido, se fue a formar en la fila con Iris dejando al resto atrás.
—¡Quiero a mi mamá! —gimoteó el guitarrista e hizo un puchero.
—De prisa, tenemos que apartar lugares —apremió Millie.
—Vale. ¡Nos vemos en un rato! —se despidió Noah yendo tras Millie y Gaten.
—Estupendo —el guitarrista dio un aplauso— ahora que estamos solitos, podemos ir a esas tacitas giratorias super románticas de allá.
Izabela Vidovic esbozó media sonrisa.
—O puedes esperar aquí mientras me desgañito en la vía del doctor desquiciado —Izabela le dio un beso en la mejilla y echó a correr a la fila donde los conservatorianos.
Finn resopló. No resultó su plan de estar a solas con su novia. ¡Había tanto de qué hablar con ella y tantas cosas qué acomodar en su relación! Encima, sólo disponían de unas hora para estar juntos pues de camino al parque, Izabela anunció que partiría a Vancouver a las 4pm. Cada segundo que pasaba era uno menos para disfrutar de su compañía, de manera que el muchacho respiró hondo y se armó de valor para subirse a ese espantoso juego. Izabela lo valía.
Finn Ingresó a los vagones siendo el último de la fila. Pasó de largo buscando a su novia al tiempo que el staff colocaba los cinturones y barras de seguridad a los pasajeros.
—El juego está por comenzar —le dijo un chico del staff— por favor, suba a un vagón ya.
Pero Finn siguió recorriendo los vagones en busca de Izabela.
—¡Hey! ¡Sube ahora o espera el próximo turno! —insistió aquel chico.
Por lo que Finn tuvo que subirse de un brinco al siguiente vagón. Justo el vagón que Millie Brown ocupaba.
Rápidamente el staff se encargó de colocarle la protección y dieron una señal al operador de la maquinaria.
—¿De casualidad no viste dónde se subió Izabela? —le preguntó a la pianista.
—Se fue hasta el frente —contestó impasible.
Finn comenzó a hiperventilar. No quería estar allí, por supuesto que no. La sensación de mareo le estaba volviendo loco.
—Ave Maria, gratia plenaaa ¡AHHHH! —accionaron el juego. Los vagones empezaron a ascender por la pendiente.
Millie no pudo más y se desternilló de la risa.
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Vendiendo Recuerdos Para Poder Dormir [Fillie] [en edición]
FanficFinn Wolfhard, un guitarrista veinteañero, abandona sus estudios en el Real Conservatorio de Canadá para seguir su sueño de ser una estrella de Rock pero las cosas no salen como lo planea. En medio de su desilusión y frustración, recibe una carta de...