Mi destino escrito

695 36 7
                                    

Era una chica normal que me esforzaba demasiado en mis estudios, una rata de biblioteca que a punta de esfuerzo saqué mis estudios, me veían como la nerd, la friki, la más estudiosa pero todo tiene una explicación.
A los 15 años me enamoré perdidamente de un compañero de clase, era un niño tranquilo, de pocos amigos pero demasiado lindo. Jamás pensé que él se fijaría en mi...hasta que un día pasó.
En la salida del colegio me tocan el hombro asustada me giré y cuando lo ví quedé helada, era él pidiéndome ayuda con un trabajo grupal, así nos hicimos amigos y empezó la cercanía hasta pensé que eramos almas gemelas.
-Tú me gustas mucho - dijo Pedro tomando mi cara, podía sentir su respiración en mi boca.
-¿Hablas en serio? - le contesté, con mi corazón a mil por horas, mis manos sudaban y sentía mariposas en mi estómago.
-Sí, desde hace mucho pero no sabía cómo decirte...comienza a acercarse para besarme y mis piernas temblaban, mi estómago y mi corazón estaban a mil. Ansiaba sentir sus labios, su perfume era embriagador. Cerré los ojos y me dejé llevar hasta que siento unas risas, cuando abrí los ojos estaba medio curso sacándome fotos y riéndose, incluído él.
-¡¡¡Pensaste qué era verdad!!!- dijo, mientras se reía junto a todos los que nos estaban mirando
-No entiendo qué pasa - dije mientras sentía que mi cara estaba roja, tratando de entender lo que estaba pasando a mi alrededor.
-Era una apuesta,- me mira y su expresión era de burla, realmente desconocía a la persona que tenía frente mío - jamás me gustaste y de paso me gané un dinero extra, ah y gracias por los trabajo, me ayudaste harto,-  termina diciendo, mientras recibe un fajo de billetes que le entregan a modo de "premio"

Mis lágrimas comenzaron a caer, mi cara roja y mi dignidad en el suelo. Corrí a mi casa y estuve días completos sin salir, mi madre asustada solo consiguió justificar mis días de inasistencia en el colegio y cuando volví dos semanas después me sentía como el bicho raro.
Después de esa tremenda desilusión solo me enfoqué en estudiar , cuando estaba en el último año mirando mi celular ví una oportunidad de postular a una beca para estudiar inglés en Londres, no lo pensé dos veces y postulé.

Cerca de diciembre cuando estaba preparándome para los exámenes finales me llega el correo donde confirman mi beca, en enero partiría a Londres a vivir por un año, con todo pagado, no daba más de felicidad.
-¡¡¡Mamá!!! - grito de emoción al leer el correo - apresúrate, ven por favor.
-¿Qué pasó, hija? - llega mi madre preocupada al pensar que me había pasado algo grave.
-¡¡¡Me dieron la beca para estudiar inglés en Londres!!!!! - saltaba de alegría, era una nueva oportunidad que me estaba dando la vida para partir de cero.
-¡¡No lo puedo creer!!! Te felicito hija -exclamó llorando de felicidad -, eres mi orgullo, mi niña sabía que lo lograrías.

Pasó el tiempo y terminé mis estudios, era Navidad y estaba ansiosa, después del año nuevo partiría a Europa por un año completo y dejaría atrás tantos amargos recuerdos del colegio, dónde todos los años si no estaba en la biblioteca era objeto de burlas en mi sala de clases.

Cabe destacar que tengo dos hermanos mayores y soy la más pequeña por lo mismo mis padres son más estrictos y aprensivos conmigo, mi padre si bien no lo tomó de la mejor manera, terminó aceptando la idea de que estaría fuera un año.

Llegó el día, mi mamá un poco histérica por los últimos detalles y por llegar a tiempo al aeropuerto, mi papá llorando a ratos porque su pequeña se iría, mis hermanos peleando por quién se quedaría con mi cuarto, lógico si es el más grande de la casa.

-Mándanos un mensaje apenas te bajes del avión, hija - me pide mi madre entre lágrimas, se va su bebé.
-Sí, mamá, tranquila - le digo para calmar en algo su pena, aunque sé qué es difícil -, apenas me baje te llamaré
- Alimentate bien, duerme y no vayas a llegar tarde a tus clases - dice mientras arregla mi chaqueta que según ella estaba mal puesta, cosas de madres - por favor, depende la diferencia de horario te llamaré.
- Mamá, sabes que soy puntual - si hay algo que tengo que destacar sobre todo es mi puntualidad para todo - me extraña que dudes de mi.
-Pero un poco dormilona - dice riendo pero con un semblante triste.
-Cuídate mucho hija, no salgas sola - me dice mientras me abraza fuerte, amo su olor cítrico mezclado con café - si te sientes mal y no quieres seguir allá te apoyaremos si te quieres venir nuevamente a Chile.
- Lo sé papá, lo tendré muy presente.
-Cuídate enana - lo dice Victor, mi hermano, con el amor que lo caracteriza - no dejes que nadie te pegue, solo yo tengo ese permiso - me pega un empujón.
-Sí, pesado - le devuelvo el empujón con más fuerza - igual tú, nada de chicas porque sino me pondré celosa.
-Cuídate, bruja - se expresa Miguel, mi otro hermano - que no te quiero ir a buscar.
- ¡Si, oh! - le digo mientras me cuelgo de su cuello como siempre lo hacemos.

Me abracé con fuerza a mis padres, solté un par de lágrimas y emprendí mi viaje, veía como dejaba atrás años de tristeza, bullying y humillaciones. Sabía que este era un nuevo comienzo a una vida llena de oportunidades.

Llegué a Londres, llovía intensamente, ni en comparación a Santiago dónde hacían 32 grados a la sombra cuando salí, mi clima ideal, amaba la lluvia y sentí que el agua limpiaba mi pasado y renovaba mi futuro. Llegué a la casa donde viviría por el tiempo que durara la beca, que por cierto cubría mi estadía, alimentación y transporte. También tenía posibilidad de trabajar part-time, siempre y cuando no interfiera con mis clases.

Después del incidente en el colegio se activó mi instinto, ese donde mi cuerpo me avisaba cuando algo bueno o malo pasaría, le hice caso siempre y nunca me falló, dos días después comencé a sentir que algo pasaría y a veces me asustaba, no conocía la ciudad y eran pocos los compañeros de clase que eran chilenos, una chica que vino con la misma beca se quedaba conmigo, ella era de Valparaíso y nos hicimos muy buenas amigas.

A la semana de llegar quise salir a despejarme y a eso de las 7 de la tarde salí a correr pensando que sería cerca pero me perdí. No sabía si estaba corriendo en círculos y se hizo muy de noche, entré a un local para preguntar cómo volver pero no hablaban casi nada español y yo poco inglés - bastante primitivo, debí esforzarme más en el colegio - así que le marqué a mi amiga y ella, por GPS, me indicó la ruta. Cuando iba en camino me tocaba pasar por una calle que estaba a medias iluminada y de nuevo mi instinto se activó, me avisaba que no era seguro, empecé a caminar más rápido - algo que lo aprendí y puse en práctica en mi país, allá si que hay que aprender a defenderse - y me puse las llaves a modo de manopla en eso siento que empiezan a seguirme.

Caminaba más rápido y sentía que me seguían, miraba atrás y no veía casi nada, pedía a Dios que me sacará de ese momento, hasta que se me atraviesa una persona desde un callejón, lo esquivé pero se movía en la misma dirección que yo tapándome el paso, con mi poco inglés le decía que no tenía dinero pero se rehusaba a irse, hasta que logré pasar y empecé a correr pero de golpe me agarra del cuello y me toma. Arrastrándome me lleva al callejón y ahí me ví muerta, en una bolsa, mis padres reconociendo mi cuerpo y repatriándome en un cajón, con todas mis fuerzas lo mordí, le pegué, lo rasguñé y gritaba, pero era 1.80 contra 1.60, sentía su aliento a alcohol tratando de besarme y me tocaba completa, lloraba y trataba de zafarme, pensé incluso en entregarme para salir viva hasta que siento que lo levantan de golpe y cae al suelo.

Otro hombre del mismo tamaño lo aleja de mi y comienza a golpearlo, el hombre sin más cae inconsciente. Mi salvador me ayuda a levantarme y me pregunta si estoy bien, logicamente en inglés.
-¡ Yes, i'm fine! - respondo tratando de que me entienda - thank you so much for help me .
- I'll take you home - me dice mientras me ayuda a levantarme, me da un pañuelo para limpiarme una herida que me hice en la ceja.
-Perdón, no hablo mucho inglés - le doy a entender, la verdad con la conmoción no entendía nada de lo que decia.
-Ok, te llevo a casa - repitió en un perfecto español.
-Ok, gracias - por alguna razón me hizo sentir segura.

Caminamos casi en silencio, lloraba y tiritaba del susto y tenía frío, me pasó su chaqueta deportiva.
Le mostré la dirección y llegamos más rápido de lo que pensé, ahí estaba Victoria, preocupada porque no llegaba
-Ana, ¿Qué pasó? - exclama Victoria al verme llegar herida y llorando.
-Trataron de violarme - murmuré y rompí en llanto mientras la abrazaba
-Llegué justo a tiempo - le dice este desconocido que apareció de la nada, un ángel - un hombre borracho la estaba atacando, está muy asustada.
-¡Dios mío! - exclamó alarmada -, entra y te daré un té.
-Sería bueno que hiciera la denuncia - sugirió preocupado al verme tan mal -, te puedo servir de testigo, te dejo mi tarjeta.
- Muchas gracias - dijo con sinceridad Victoria y agradecida de su ayuda- , mientras mi desconocido salvador se marchaba.

mi alma gemelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora