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  —¿Tienes hambre Hoseokkie?, puedo prepararte algo—

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  —¿Tienes hambre Hoseokkie?, puedo prepararte algo—. Le sonrió el de hombros anchos mientras movía unas cuantas cosas en la cocina.

Hoseok sonrió gradecido con su nuevo amigo, Seokjin era una grandiosa persona, se había sentido mal por no tener la oportunidad de conocerlo desde que comenzó a salir con Jimin, pero ambos le habían dicho que el rubio cenizo se encontraba en los Ángeles junto a su esposo y a penas hace poco se regresaron a vivir en Seúl..

Jin era una persona muy agradable y cálida, a Hoseok no le sobraba amor maternal cuando se trababa de él.

El más alto siempre buscaba ofrecerle un cariño que jamás obtuvo de su madre y eso era enserio algo que le agradecía, tenia amigos, pero jamás un sentimiento de ser como un hijo para alguien.

Namjoon quien era pareja del rubio era la persona más amable y cariñosa del mundo, siempre buscando darle un amor paternal que también aceptada de forma agradable. Le reconfortaba tener unos padres sustitutos aunque a penas los haya conocido hace un mes atrás, cuanto Jimin decidió presentarlos.

Hoseok adoraba a sus nuevos padres. Se sentía a salvo cuando ellos estaban a su lado, el amor fraternal le daba confianza.

  —Sí, Omma—. Hoseok era tan consentido por el Kim, que lo estaba volviendo aun más mimado.

Jin y Nam lo consentían y mimaban, se encargaban de darle casi lo mismo que Jimin le daba, aunque su novio era aun más consentidor.

Jin tenía dos meses de embarazo, mientras él ya tenia sus cinco, eso hizo que la confianza entre los dos surgiera con mayor facilidad, conocían lo que venia siendo estar cargando otra vida aparte de la suya. Eso les hacia entenderse y comprenderse en lo más mínimo.

  —¿Appa?—. Preguntó con las cejas juntas y el puchero encantador sobre sus labios.

Seokjin sonrió ante la ternura sorprendente que plasmaba el menor.

  —Esta trabajando. El bufet de abogados necesitaba de Namjoon para unos nuevos movimientos—. Dijo con suavidad, removiendo lo que venían siendo huevos y tocino en la sartén.

Los atentos ojos de Hoseok seguían sus movimientos, relamiendo sus labios en deseo por probar ya el desayuno que su Omma le estaba preparando.

Un portazo les hizo dar un pequeño brinco de susto. Grandes zancadas a su paso y desde el marco de la entrada a la cocina apareció Jongin.

Fue sólo la mirada que les dio y tanto Hoseok como Jin dejaron lo que hacían para acercarse y abrazar al destruido chico.

  —¿Kai?—.

  —¿Qué sucedió cariño?—. Hablo con dulzura el rubio cenizo.

No solo Hoseok era su hijo a los ojos del pelinegro, Jongin y Yoongi habían sido también adoptados por la cariñosa pareja.

Jihope_ ¿BEBÉ EN CAMINO?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora