"Prometiste nunca irte... ¿Por qué no cumpliste tu promesa?"
Riki es un joven príncipe que se negaba a casarse, en busca de un plan conoció a un chico pueblerino llamado Sunoo que escondía un gran secreto.
"Todo lo que haces tiene una consecuencia...
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Querido Riki:
Nuestra historia de amor no tiene futuro, Tú y yo lo sabemos mejor que nadie.
Para evitar mayores sufrimientos, para los dos, prefiero despedirme de una vez por todas. Hemos vivido momentos y cosas inolvidables. Me hiciste sentir la persona más feliz y amada del mundo. Sin embargo, no puede seguir. Será mejor que me despida ahora. Antes que mis acciones nos traigan consecuencias que podamos lamentar.
Por favor, no me pidas que me quede porque sabes que no lo puedo hacer. Tú eres el cielo que nunca podré alcanzar. Trata de olvidarme, yo haré lo mismo. Aunque, no creo que pueda dejar de pensar en ti.
Perdóname por pensar sólo en mí, y también por no haberte dado más de lo que podría haberte dado, Sabes tan bien como yo que nuestra historia no puede tener un final feliz.
Te dejo el anillo para que lo tengas, nunca quise hacerte daño y lo único que quiero que sepas es que te amo...
Kim Sunoo-
...
Y de pronto el dolor era tanto que sus emociones se apagaron, ni siquiera fue capaz de llorar, solo se quedó ahí, sintiendo como se rompía por dentro...
Todos lo recuerdos de ellos recorrieron su mente, las sonrisas y caricias que no fueron nada.
Tan solo era el en esa habitación, los gritos de desesperación aparecieron de repente y por la furia comenzó a romper todo lo que se encontraba en el camino.
—¡JAY! —grito con desespero al ver sus puños con sangre.
—¿Qué sucede? —entro a la habitación después de oír el llamado de su amigo.
—QUIERO QUE LLAMES A LOS GUARDIAS REALES Y MANDES A BUSCAR A KIM SUNOO, NO ME IMPORTA DONDE ESTE, LO ENCUENTRAN —sus gritos se escucharon en todo el castillo.
Y así fue, todos los guardias salieron en busca del chico desaparecido, el pelinegro sabía esconderse bien por meses lo buscaron en cada esquina del reino y nunca lo encontraron.
Niki siempre estaba en primera fila para encontrarlo, regresó a la playa donde ambos habían ido meses atrás y soltando un suspiro se sentó en la arena.
Viendo como las olas estaban en una gran paz y los pájaros volaban, pero el recuerdo de su amado se proyectaba en su cabeza.
Y por fin de a ver retenido tanto dolor las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, sus lamentos eran muy tristes y sus ganas de seguir eran nulas.
Por momentos se preguntaba si había hecho algo mal para que su pelinegro se fuera o si en verdad nunca lo amo.
Durante dos años no se canso de buscar, con el permiso de los reinos vecinos logró buscarlo en sus pueblos, pero no encontró ni un solo rastro de él.
