"Prometiste nunca irte... ¿Por qué no cumpliste tu promesa?"
Riki es un joven príncipe que se negaba a casarse, en busca de un plan conoció a un chico pueblerino llamado Sunoo que escondía un gran secreto.
"Todo lo que haces tiene una consecuencia...
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"Rompe mi corazón si quieres, pero no te vayas. Nunca lo hagas". -Boulevard
—Príncipe Riki el chico está aquí— dijo un guardia real algo cansado después de correr.
—Prefecto, tráiganlo —sonrió y se sentó en su trono.
[...]
—Saquen me dé aquí malditos bastardos, juro que los mataré a todos. —Nadie podría creer que esas palabras salieran de la boca de aquel dulce chico.
Uno de los guardias se acercó a su celda y con una sonrisa, le tiro una cachetada en su mejilla derecha.
—Ah, tanto he querido hacer eso. —Río con sarcasmo.
Aquel golpe fue con mucha fuerza, logrando que Sunoo callera al suelo, Su mejilla estaba roja por la cachetada y sus ojos estaban llorosos, le dolía no poder hacer nada, ya que estaba encerrado en una celda.
Lo peor es que él era padre del chico que le apuntó con una escopeta la vez pasada.
—Llegó el guardia que segundos atrás estaba con el príncipe y grito. —el príncipe lo quiere en la sala de tronos.
—Uy, creo que el príncipe mandara a alguien a la orca—dijo uno de los guardias riendo.
[...]
—Su majestad, aquí tiene al ladrón. ¡DÉJENLO PASAR!—Entro Sunoo molesto comenzó a gritar y a patear para que lo suelten.
—NO ME IMPORTA QUIEN SEAS O SI ERES IMPORTANTE O NO, NO TIENES DERECHO A MANDAR DE ARRESTARME CUANDO NO HICE NADA —Se acercó furioso hacia NI-KI.
NI-KI algo sorprendido dirijo sus ojos a la mejilla derecha de Sunoo y al ver lo rojo que estaba, paso su mano por esta. —¿Qué te paso? —pregunto muy preocupado.
—¿Qué? ¿Qué me paso? Ah mi mejilla, uno de tus guardias me golpeó —sacó la mano de Ni-ki de su cara.
El toque del príncipe desvaneció la furia de aquel chico, sus ojos se encontraron con los de él y vio como sus manos tocaban su mejilla.
De un golpe brusco el príncipe se levantó muy molesto y comenzó a gritar.
—¡¿QUIÉN SE ATREVIÓ EN PONERLE UN DEDO ENCIMA?! QUIEN LES DIO AUTORIZACIÓN PARA GOLPEARLO— En sus ojos se veía la furia y la maldad de sus padres.
Los sirvientes que lo conocían desde pequeño, se sorprendieron, ya que nunca lo habían visto en ese estado. En la cabeza de Niki solo sonaba... No soy como mi padre, No soy como mi padre, No soy como mi padre ¿o sí? Volvió a la realidad cuando sintió los ojos de preocupación de Sunoo.
—Retírense por favor y llamen a Jay—fue lo único que dijo antes de soltar un suspiro.
La sala de tronos quedó completamente desierta de guardias y sirvientes quedando solo él y Sunoo, El silencio fue interrumpido por la entrada de Jay.
