CAPÍTULO 1

275 66 39
                                    

La vida es un camino extenso lleno de problemas, y cuando no los tenemos, creemos que eso es la felicidad, pero en realidad estamos descansando para el siguiente problema que nos tiene preparado el destino.

-Haytham

Dos días antes
Medellín, Colombia

─ Vale, amor, despierta que llegas tarde a la escuela─ repetía papá por duodécima vez

Sabía que tenía que levantarme, pero mi cuerpo no estaba muy contento con la idea. La voz de papá se sentía lejos y mis ojos no tenían fuerzas para abrirse.

Por eso odiaba los lunes, solía pasar toda la noche y parte de la madrugada del domingo hablando por vídeo llamada con mi mejor amigo.

No me quejaba, lo extrañaba tanto que hasta se me olvidaba dormir. Pasaban horas que para nosotros eran minutos.

Habían pasado casi 5 años desde que se fue a vivir a Estados Unidos, aún así podía sentirme afortunada, porque ni él ni yo dejábamos que la distancia nos ganara la partida, solo era cuestión de tiempo que Thiago pudiera venir a Colombia de nuevo y anhelaba el momento en el que lo abrazaba y lo llenaba de besos.

─ Valentina no voy a volver a llamarte, no quiero tener otra queja de la escuela─ dijo con un tono de voz más serio.

─ Ya voy pa, no te pongas tan pesado, sabes que no me gusta cuando dices mi nombre completo─ logré murmurar.

─ Iré a ver cómo va tu abuela con el desayuno.

─ Déjame adivinar...no quiere sentirse inútil y te obligó que la dejaras hacerlo todo sola.

─ La conoces Vale, y la entiendo, siempre fue una mujer muy activa

A la abuela le habían diagnosticado cáncer de páncreas. El doctor nos había explicado que algunos cánceres podían ser totalmente asintomáticos donde los síntomas a menudo no se presentan hasta que la enfermedad alcanza un estadio avanzado. Fue exactamente lo que sucedió con la abuela, cuando nos dimos cuenta ya se había propagado al hígado y a sus 83 años de edad y lo avanzado que estaba el carcinoma pancreático solo nos quedaba estar preparados para lo peor.

Sabía que podía ocurrir en cualquier momento, sin embargo era inevitable que se me humedecieran los ojos cada que pensaba en ello.

Ojalá estuvieras aquí mamá ─dije mirando el retrato de mi mesita de noche.

Salgo del trance cuando escucho los gritos de Paola

─ ¡Buenos días familia!─ gritó como si quisiera que medio Medellín la escuchara─ ¿Dónde está Vale?

─ Se quedó dormida de nuevo, ya sabes, es lunes, debe estar al bajar, sigue a su cuarto y jálale las orejas para que se apure─ habla papá

De inmediato me levanto y corro hacia el baño, primero tropiezo con la cama y luego con el cesto de la ropa sucia, la torpeza era algo normal en mí. Me quito el pijama y entro a la ducha con cuidado, lo menos que quiero es resbalar por estar apurada.

─ ¡Llegó la mujer de tu vida!─ A veces me preguntaba de dónde sacaba tanta alegría mañanera.

─ En un minuto salgo─ grité desde la ducha mientras enrollaba mi cuerpo en una toalla.

Ya era costumbre tener a mi pedante mejor amiga todas las mañanas en mi alcoba, y no es que me quedara dormida siempre, era ella, no sé bien que hacía, pero siempre llegaba antes. Cosa que no me molestaba, solía ayudarme con el peinado, si por mí fuera tuviera una coleta de por vida: sencillo y fácil. Pero Paola no aceptaba eso, como tampoco soportaba verme con ropa holgada.

Quiéreme De Nuevo [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora