Golpeo mis nudillos contra la pared, con el dolor me intento olvidar de todo lo que acaba de suceder en estos instantes.
Me odio a mi misma en estos momentos, soy una completa imbécil . Un niño con capacidad de leer la mente, que conocía más cosas mías que yo en toda en mi vida. Obviamente no iba a salir bien, parece que en mi vida nada está destinado a salir bien.
El tiempo pasa y noto como la oscuridad empieza a invadir la habitación y como el sueño empieza a apoderarse de mi cuerpo. Me siento tan vacía por dentro, que ya no tengo más ganas de seguir "luchando", de esperar que la situación mejore.
El cansancio gana la batalla y finalmente me quedo dormida. Al abrir los ojos me cuesta reconocer donde estoy durante varios segundos e incluso llegue a olvidar todo lo que había sucedido esta noche.
Las horas pasan y mi cerebro empieza a elaborar planes para intentar pasar el tiempo en esta humillante celda más pequeña que la anterior.
Me decido por contar las piedras que forman la pared que esta en frente de mí, al menos tendría la mente ocupada durante bastante horas. Pero para mi sorpresa hay una que destaca sobre las demás por su claridad, pero ya no sé si puedo fiarme de mi propia vista.
Tras varios segundos debatiendo conmigo misma si acercarme o no a la piedra decido hacerlo, total ya no tengo nada que perder.
Gateando me acerco a ella e intento arrancarla para observarla mejor.
De todas las cosas que podría haber por debajo de una piedra jamás esperé encontrarme con ese papel que decía lo siguiente:
Querida Molly:
Ante todo pedirte disculpas por haberte engañado diciéndote que esto era la salida, pero era parte de el plan que cuando te vea personalmente te explicaré a todo detalle.
Sé que estarás preguntándote cuanto tiempo tendrás que estar en esta nueva celda y desgraciadamente yo tampoco sé la respuesta, ni siquiera depende de mí
Te pido por favor que no te rindas
Atentamente
Adrián