Part~11

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Despertó agitada, el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Era la tercera vez esta semana que la misma pesadilla la acechaba en la oscuridad de la noche. No entendía por qué su mente la atormentaba de esa manera, pero cada vez que se cerraban los ojos, la misma escena cruel se repetía, envolviéndola en un mar de incertidumbre y miedo. Secó el sudor de su frente con la mano temblorosa, y tras unos minutos de intentar recuperar la calma, se levantó para asearse.

La rutina matutina se había convertido en un ritual, uno que la ayudaba a centrarse antes de enfrentar el día. Últimamente, había mejorado notablemente en sus entrenamientos. La charla con Reiner, Armin, el capitán Levi, Eren y los demás aquella noche había sembrado en ella una semilla de determinación. Su mentalidad había cambiado, y lo que antes le parecía un desafío insuperable ahora se convertía en un impulso para seguir adelante.

Después de un desayuno satisfactorio, se dirigió al campo de entrenamiento. El aire fresco de la mañana le llenaba los pulmones, y se sentía más viva que nunca. Al llegar, notó que ya estaban la mayoría de los chicos, aunque Eren, Mikasa y Armin aún no habían aparecido. Annie estaba con los demás reclutas militares, mostrando su característica expresión seria, pero eso no la desanimó.

—¡Tn! —saludó Sasha, moviendo la mano con entusiasmo.

—¡Sasha! Mira lo que traje del desayuno —respondió Tn, inclinándose hacia adelante y hablando en un susurro como si estuvieran compartiendo un secreto.

De debajo de su chaqueta sacó dos patatas y un pan.

—¡Uy, qué bien! Pero solo hay un pan —exclamó Sasha, los ojos brillantes de emoción.

—No te preocupes, no comeré el pan. Ya comí suficiente en el desayuno —dijo Tn, haciendo una mueca. Era cierto; se sentía tan llena que temía reventar.

—¿En serio? ¡Gracias! —respondió Sasha, con una sonrisa que iluminaba su rostro.

Justo en ese momento, Connie apareció de la nada, acercándose rápidamente y asustándolas a ambas.

—¿Traficando comida de nuevo? —dijo, riendo mientras se acercaba.

—¡Ay! ¡Connie! —exclamó Tn, llevándose una mano al pecho, tratando de recuperar el aliento.

—No se preocupen, no diré nada —respondió él, levantando las manos en señal de paz.

—¡Más te vale! —replicó Tn, entre risas. Connie sonrió nervioso, pero su mirada reflejaba la buena voluntad de sus palabras.

A lo lejos, visualizó a Eren, Mikasa y Armin conversando. Eren y Mikasa estaban de espaldas, lo que le dio la oportunidad perfecta. Se acercó sigilosamente y, con un salto, aterrizó sobre la espalda de Eren.

—¡Eren Jeager! —dijo, raspando la voz de manera cómica.

—¡Ah! ¡Tn! ¡Qué susto! —Eren se rió mientras trataba de mantener el equilibrio.

Mientras ambos reían, Tn sintió una mirada afilada en su dirección. Era Mikasa, que no parecía nada satisfecha con la interrupción. Armin se reía, negando con la cabeza en un gesto de desaprobación y diversión, hasta que la voz de alguien resonó en el aire.

—¿Qué rayos creen que hacen?

Tn se bajó rápidamente de la espalda de Eren y se alineó junto a él, haciendo un saludo militar.

—¡Heichou! —dijeron al unísono.

Sintió una gota de sudor deslizarse por su frente. Levi, con su característica expresión sombría y voz fría, las miraba con desdén.

—Deberían estar entrenando y no jugando —les recriminó, y Tn sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que él no dudaría en imponer un castigo si persistían en sus travesuras.

Sin esperar más, saltó de nuevo sobre Eren tirándolo al suelo, aprovechando su sorpresa. Luego se acercó a Armin y le hizo una llave con agilidad. Ahora era el turno de Mikasa.

Se lanzó hacia ella con el puño abierto, intentando atraparla del brazo. Pero Mikasa fue más rápida; en un instante, su mano lo sujetó, inmovilizándola con una llave precisa. Tn se encontró con el rostro contra el suelo, sus brazos sujetos a su espalda.

—Paso 2, movimiento 4 —susurró la voz en su mente, recordándole los consejos de su compañero interno, Kurama.

Siguiendo su instrucción, Tn enrolló su pierna alrededor de la de Mikasa y con una de sus manos tomó la de ella, forzando su muñeca hacia atrás.

Esa maniobra fue suficiente para que lograra zafarse de su agarre y ponerla a ella bajo su control, doblando su brazo de forma que la inmovilizó momentáneamente.

Eren y Armin la miraban entre asombrados y divertidos, al igual que los demás presentes. Un carraspeo resonó en el aire, interrumpiendo el momento: era Levi.

—Sigan entrenando —ordenó, su mirada seria pero su voz ya distante mientras se alejaba.

Tn, aún sintiendo la adrenalina correr por sus venas, se levantó y sonrió triunfante. Sabía que había ganado un pequeño pero significativo enfrentamiento, y esa victoria le dio un impulso de confianza.

—Bien hecho —soltó Eren, mientras Armin asintió, claramente impresionado.

—Nunca pensé que pudieras zafarte de Mikasa así —dijo Armin, admirado.

Tn rió, disfrutando de la atención. Aunque la presión del entrenamiento siempre estaba presente, momentos como este le recordaban que podía encontrar alegría entre sus compañeros.

Una ninja en Shingeki no KyojinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora