Capítulo 60

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Kurt salió del baño y a mí casi se me sale el corazón del pecho.

¿Cómo es posible que alguien pueda hacerte sentir cosas tan mágicas? 

Todavía me reprocho el haber sido tan estúpido y no haber admitido lo que me pasaba con el después de aquella noche. Pero mejor tarde que nunca ¿no lo creen?

—Te ves hermoso —musité una vez que se acercó a mí. Levanté mi mano y acaricié su mejilla.—Realmente hermoso.

—Mentira —dijo el sonrojándose un poco. Me pareció lo más tierno del mundo. 

—No podría estar mintiendo, Kurt—le aseguré mientras le echaba una devoradora mirada por su cuerpo.

—¡No me mires así! —dijo divertido y golpeó levemente mi pecho —Eres un Pervertido. 

—Ese traje negro que traes puesto se vería muy bien en el suelo en este momento —le dije y me acerqué rápidamente a el.

Intentó escapar pero coloqué mis manos alrededor de su cintura impidiéndole aquello. Rió nerviosa y colocó sus manos sobre mi pecho. 

—Suéltame —ordenó.

—¿Pero quien te crees, mi madre? No voy a obedecerte, loco.

—Escúchame una cosita, tontito —dijo y comenzó a ejercer un impulso sobre mí para alejarse. Lo acerqué más a mí —Tenemos que irnos… se nos va hacer tarde para la reunión de tu padre.

—No pasa nada si llegamos unos cuantos minutos tarde —musité y lo acerqué más para depositar un pequeño beso justo debajo de su oreja. Lo sentí temblar levemente.

—Blaine Anderson, por favor… no hagas eso —me dijo firme. Volví a besarlo en el mismo lugar que antes pero esta vez el beso se hizo más largo. Comencé a correr mis labios por el contorno de su bello rostro —Blaine …

—Cállate —le ordené —Me la debes.

—Mentira —chilló.

—Si que me la debes… ayer te hiciste el tontito.

—Eso no es cierto. Tuvimos nuestro momento… ¿o no?

—Ajá, si claro. 

—Blaine—me dijo y con sus manos que seguían sobre mi pecho me empujó un poco de el para que lo mirara a los ojos —Después de la fiesta.

—No, ahora —le dije.

—No, ahora no —sentenció.

—¿Cuál es la diferencia de ahora y después? —le pregunté fastidiado. El sonrió y se puso en puntas de pie para besar con cuidado mis labios.

—Que ahora tenemos que irnos y además no me gustaría llegar marcado… últimamente te estas volviendo muy marcador —me acusó. Sonreí con los labios sellados —Y después será después… tú sabes.

—Lo que pasa es que a mi me gusta marcar lo que es mío. Si yo te marco entonces los demás lo ven y saben que tienes dueño.

Frunció el ceño y se alejó completamente de mí.

—Eres un cerdo machista, nos vamos —dijo con cierto enojo.

Volví a sonreír y tomé mi abrigo para dirigirme hacia la puerta. Estábamos en casa de el, ya que el lugar en donde mi padre nos había citado quedaba cerca de allí. Salí primero que Kurt y fui a apretar el botón del ascensor. 

El estaba totalmente serio. Está enojado, ofendido, esperando a que yo me le acerque, lo abrace y le pida perdón por ser un cerdo machista. Lo miré y el entró en el ascensor. Apretó el botón a planta baja. Pronto llegamos y sin decir nada salió de allí. 

Mi pequeña obsesión (Adaptada •klaine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora