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El cristal de la ventana de Suna había estado sonando desde hace cinco minutos, y como es de sueño ligero, esto lo hizo despertarse al instante. No había querido asomarse para saber que era lo que interrumpía su preciado sueño, más que nada, por qué tenía miedo ¿Y si querían robarlo? Había pensado por un momento que era ese gato que alimentaba de vez en cuando, pero era imposible ya que le había dejado comida antes de irse a acostar.
Por otro lado, sabía que si no atendía al llamado probablemente nunca pararía, entonces lo hizo, y hubiera preferido que fueran los aliens antes de lo que estaba frente a sus ojos.

-¿Jugamos?

-Atsumu son como las doce de la madrugada. -Fuera de su casa estaba el mayor de los gemelos con una pelota de voley que había conocido hace dos años, cuando él tenía apenas ocho. Frunciendo el ceño intentó cerrar de nuevo su ventana pero algo se lo impidió, asustandolo ya que su habitación quedaba en el segundo piso. ¿Y si este era un plan de los aliens para abducirlo y el Atsumu de abajo era un clon? Sus ojos se humedecieron producto del miedo.

-¿Por qué lloras, Rin?

-¡Ah! -Cerró sus ojos y se cubrió la cara con las manos, sin procesar la voz.

Osamu hizo cara rara cuando lo vió, quitándole las manos del rostro -Oye, no te voy a pegar. Queremos saber si quieres jugar con nosotros.

Suna lo único que pudo hacer fue poner en su cara una mezcla de sorpresa, vergüenza y pregunta, y como no, sonrojándose de paso.

-¿Cómo te subiste aquí?

Cuando Osamu estuvo apunto de responder, la voz del otro gemelo sonó de nuevo desde abajo.

-¡Que lindos! ¡Parecen Romeo y Julieta! ¡No!, ¡Mucho mejor!, ¡Ustedes lucen como Rapunzel y Samu como el principe que va a salvarla de la torre! -Atsumu no parecía tener cabeza para comprender que a las doce de la noche mucha gente dormía y ahora, con su risa escandalosa, podría estar perturbando el sueño de muchos, aparte del de Suna, claro. -Mirate Suna -Gritó producto de la risa, apuntandolo con un dedo -¡Tienes toda la cara roja!

Rintaro, sintiendo un pequeño tic en el ojo derecho, le lanzó un pequeño borrador que tenía al alcance con todas sus fuerzas, para que al menos lo hiciera callarse.


























Oh cielos tres de la mañana! Hay que actualizar

🥀RED FACE🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora