INMARCESIBLE.

TRES FLORES.

Hoy te dejaré tres flores,
Encima del cajón donde guardas los condones,
Y te daré tres lecciones que al igual que yo, no olvidarás,
Porque si te detienes a olerlas quizás te acordarás.

Te acordarás de aquella vez que tu cara se hizo pedazos,
Cristales a punto de caer de tanto llorar,
De todas esas tardes, todas esas promesas, todos esos regazos,
En los que te apoyaste creyendo que todo se podia estando enamorado.

Pero te prometo, que cuando se marchiten no dolerá,
Porque cuando una se muere, en alguna parte del mundo otra crece,
Y todo lo que fue ayer, lo que será hoy, lo que mañana sucederá,
Quedará en un ramo que jamás se marchitará.

Te contaré antes de abrir, antes de que te pique la curiosidad,
Que tres ramos irradian como gritos su olor,
Pues su esencia es atemporal como la chispa del primer amor.

Una flor de naranjo, yo la llamo de Azahar,
Perteneció a la esencia de un perfume potente,
El cual su aroma se notaba de lejos, pues era muy fuerte,
Mi madre adoraba su esencia, por ello le regaló ese perfume a mi abuela.

Me enseño lo importante de dejar atrás el pasado,
Pues llevarlo a rastras, es mantener el dolor encadenado.

La vida me dejó una flor de loto en mi almohada,
Para revelarme la capacidad de afrontar tormentas,
Y verlas venir antes que un trueno emerja de la nada.
El pasado te consuela, pero el presente es invencible,
Te proporciona paz inmensa y un corazón inmarcesible.

Por último, quiero que afines el oido para una buena escucha,
Pues la última de las flores es la que debe haber encima de mi tumba,
Tres violetas de tres vidas aprovechadas,
Por haber apreciado la realidad y escribir cuentos de hadas.