MAMÁ, NO ES TRISTEZA.

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Lo siento, pero ya ni siento ni padezco,
Tome la decisión de pensar en mi salud,
Aun sabiendo lo que conlleva y lo que me merezco,
Por no querer hundirme antes de llegar a mi ataúd.

Imaginé un mundo de rosas donde no las había,
Sentí que lo tenía todo hasta que alguien me falló,
Luces por el cristal y rótulos de neón,
Pensamientos pesimistas resultado de un mal día,
Sin saber que me pasaba hasta que mi estabilidad cayó,
Entonces una mañana me diagnosticaron depresión.

Era inconcebible para mi cabeza,
Según me contó (mal) mi médico de cabecera,
Mis neuronas se amontonaban y la sinopsis dio resultado,
Una tristeza sin precedentes, ni consecuencia de algo que hubiera pasado.

Recuerdo a mi madre decirme que no era, que no tenía.
Recuerdo escuchar decirme que no sabía que era tener depresión,
Que tenía más que yo, inalcanzable pensamiento, menuda impresión,
Pero mamá te equivocabas, y no quería darte la razón.

Desdoblaba papeles enteros de dibujos negativos,
Desquiciaba mi mente cuando el reflejo me devolvía la mirada,
Sentenciaba mi estomago a pasar hambre cuando no me interesaba,
Olvidé a mi yo, al más importante que me acompaña desde que nací en adelante.

Y lo siento, no pude curar a mis neuronas,
No pude decirles a gritos que fueran felices,
Porque la realidad, es que es humano estar triste,
Porque a veces quiero ser azul, aunque no encuentres mis sonrisas.

Porque a ratos decido hundirme en mis sombras,
Porque son sabias y siempre son sinceras,
Y me enseñan a quererme hasta cuando yo no me quiera.

INMARCESIBLE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora