Capítulo 03

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¿𝗤𝘂𝗲 𝗹𝗲 𝗽𝗮𝘀𝗮?


— Nos encontrábamos hablado hace rato afuera. Nos mudaremos juntos. — Informó Tanjiro. La morena en sus brazos frunció el ceño. Él ni siquiera lo notó.

«¿De que demonios habla?» Kanao se detuvo a verlo confundida.

— Es serio, hombre. Realmente en serio. Tiene unos pequeños asuntos sucediendo con sus amigos. Es un jodido desastre. Como sea, realmente me necesita con ella para apoyo y esa mierda, ¿sabes?

Las manos de la Tsuyuri estrangulaban a la inocente botella de cerveza.

— ¿Estás haciendo lo de Giyū y Shinobu? — Pregunto Murata incrédulo.

— Malditamente lo estoy. Me estableceré. Soy un hombre cambiado. Amor leal y todo.

— Correcto. Esto debería ser interesante. — Dijo Murata.— ¿Cuánto tiempo crees que dure?

— La pasión lujuriosa que tengo con Kanao será eterna, Murata. Sólo espera y verás.

Las cejas del pelinegro se arqueron.— ¿Estás dispuesto a apostarlo?

— ¡Di tu precio, holgazán!

— Cinco mil dicen que no puedes hacerlo hasta que nos vayamos de gira.

— Jode eso. Has que valga mi tiempo. ¡Veinte!

Murata se carcajeo. — Los veinte mil más fáciles que he hecho

— ¿Te mudaras conmigo? — La pelinegra preguntó incrédula, interrumpiendo toda la bravuconería masculina y charla de dinero. Ni siquiera estaba sobre los asuntos de sus supuestos amigos.

— Si, cerecita .— Dijo Tanjiro, su cara extremadamente seria.— Me mudaré contigo.

Kanao se encogío ante el horrible sobrenombre, pero eligió enfocarse en lo importante por ahora.

— ¿Cuándo hablamos de eso, exactamente?

— De hecho, tal vez te habías ido para entonces. Pero no cambia los hechos. — Se giró de nuevo a Murata.— El tiempo es perfecto con mamá llegando a la ciudad. ¡La va a amar! Mamá siempre quiso que encontrará una chica linda, me estableciera y esa mierda.

— Pense que no te gustaba Tokio. — Comentó Murata.

—No me gusta Tokio. Pero me gusta Kanao. — Tanjiro declaró.— Además, Giyū no regresará a Los Ángeles pronto. Incluso Sabito ha estado hablando de establecerse, quizá comprará la casa de al lado.

— ¿En serio?

— Si, ¿conociste a su nueva niñera?

— Nah, no todavía. ¿Qué pasó con el anterior, el gran tipo pez?

— Ja, no. Se fue hace mucho tiempo. Ha habido muchos desde él. La nueva chica empezó hace un par de semanas. — El peliburdeo se rió entre dientes. El sonido era malvadamente distractor.— Si Sabito no quiere a nadie alrededor, tiene maneras de hacer su vida malditamente intolerable.

— ¡Mi-e-er-da! Me dices luego.

Tanjiro rió un poco más.— Como sea, las cosas son fuertes entre Kanao y yo. Tal vez también me quede.

La morena llevó su mirada fulminante a lo máximo. La mirada de Kanao en cambio, era más probablemente de confusión. La Tsuyuri pensó que quizá se refería a otra Kanao. Una que tenía una idea de que demonios hablaba.

— ¿A tu chica no le importa ver a otra encima de ti? — Murata preguntó con una ceja levantada.— Necesito una novia así.

— ¡Ah, joder! Buen punto. Honestamente toda esta cosa de la monogamia, lleva mucho tiempo acostumbrarse, hombre. — Tanjiro puso a la morena, claramente irritada lejos de él, los músculos de sus brazos flexionandose. La colocó suavemente abajo, sobre el piso.— Disculpa. Estoy seguro de que eres muy agradable y todo, pero mi corazón late sólo por Kanao.

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