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Y ahí se encontraba ella, observando de lejos a su enamorada.

Borja Luzyriaga era el nombre de su futura esposa, le coqueteaba, ligaba, chuleaba un montón de veces.

Era la chica más hermosa de Karmaland, tenía muchos y muchas pretendientes y a la única que le hacía caso era a Luzy.

Pero no siempre iba a ser feliz, Luzy no le hacía caso, casi siempre la humillaba en frente de el pueblo o de sus amigas, pero a ella no le importaba.

Alexa, la mejor amiga de Luzy (aparte de Violetta), le decía que no iba a tener oportunidad, que lo dejara de intentar, pero ella no se rendía fácilmente, iba a lograr que se fijara en ella cueste lo que cueste.

Paso un día, dos días, tres días, cuatro días, un mes, 3 meses, 7 meses, y ella no lo lograba.

Se estaba empezando a rendir, pero finalmente logro que le aceptara algo.

-Una flor para otra flor.

Fue el único día el cual le iba a aceptar algo, la agarro, la olió y lo único que dijo fue un “gracias”.

Se iba a quedar en sus recuerdos.

-Que idiota fui en ese tiempo como para no aceptarte... No creí que pasara eso, pensaba que iba a durar para siempre, ¿no auroncita?.

Le dijo a la tumba que estaba enfrente de ella.

-Extraño cuando me intentabas besar, cuando hacías de todo para que te ponga los ojos al menos 5 minutos encima.

Extraño tu olor a miel, tus palabras tan bonitas que solo me dedicabas a mí, como siempre intentabas que tenga una sonrisa en la cara, tus labios carnosos cuando una vez en tu vida me lograste besar, tu pelo sedoso y largo, estaba muy bien cuidado, tus brazos cuando me abrazabas.

O bueno, lo intentabas.

Abrazo la lapida que estaba frente a ella, Lily y las demás me advirtieron que te valorara, ya veo el porque.

-¿Por que no me dijiste que tenías cáncer pulmonar?, nunca te vi fumar... Espero que no lo hallas echo cuando eras joven, supongo que no me lo dijiste por que no querías que sintiera pena por ti... Maldito ego y orgullo que no me dejo estar contigo.

Se separo de la lapida y se levanto del suela, dejando en ella esas hermosas flores blancas.

-Nos vemos en la otra otra vida.

Y se fue sin más de ese lamentable lugar.

oňє-sһoţs Donde viven las historias. Descúbrelo ahora