Tom Holland (One-shots/Imagines)

16. Lente de cámara (1)

One Shot: Lente de cámara, parte 1 (Tom Holland)

—¡Benedict, necesitamos que te coloques un poco más a la derecha! —gritó el jefe de cámara.

El actor levantó el pulgar hacia nosotros y dio dos pasos a donde se le indicó. Asintiendo con la cabeza, volví a centrarme en mi cámara. En eso, el director se puso a mi lado.

—Buen plano —me dijo simplemente, a lo que yo sonreí sin mirarlo.

—Muchas gracias, señor Watts.

Tras darme un par de palmaditas en la espalda, se alejó para comenzar a rodar la última escena antes del descanso. Dios, menos mal porque estaba muerta.

Tras el grito de "acción" no ocurre como normalmente parece en las películas. Tuvimos bastantes interrupciones, ya fuera porque algún actor se olvidaba de su línea, algún plano no quedaba bien, e incluso porque se nos rompió una cámara.

Por suerte, terminamos a la media hora. Mi estómago hacía tanto ruido como una lavadora, y estaba ordenando mis cosas para poder ir cuanto antes a almorzar.

—Mantente así, estás dejando a Watts impresionado —Zendaya se me había acercado por la espalda y tenía la barbilla apoyada en mi hombro.

—Las distancias, Zen —le recordé con media sonrisa.

—¡Oh, vamos Lens! —bufó— Nos pasamos el día juntas, es imposible que lo que tenga una no lo haya pillado la otra.

Razón no le faltaba. Nos conocíamos desde Spiderman: Far From Home, en donde estaba de becaria. Era mi primera vez en un estudio profesional y, como cualquier iluso primerizo, quería impresionar al director y, sobre todo, no quería cagarla. Digamos que conseguí una pero fallé en la otra. Aquel fue posiblemente uno de los mejores, y peores, días de mi vida.

Era una de estas veces en las que no estábamos grabando, y el técnico hizo una prueba de sonido para la que no estaba preparada y, del susto, se me cayó una lente de la cámara al suelo y se rompió en mil pedazos.

De la impresión y de los nervios me eché a llorar como un bebé, intentando dar explicaciones y disculpándome con todo el que se me ponía delante. Causé tanto revuelo que Zendaya vino para tranquilizarme, y a ella la siguieron todos los del elenco. Por suerte, a Watts pareció no importarle demasiado, aunque me cobró la lente de mi ya mísero sueldo de becaria. Es por esa lente rota que me integraron en su grupo, y la razón por la que me apodaron "Lens" (que viene a ser lente en inglés).

—La vida de un actor son todo apariencias, querida. Si nos sacan una foto ahora estarías dando muy mal ejemplo —le recité como una institutriz a su pupila.

—Que les den. Yo solo sé que tengo hambre y tú estás tardando mucho.

Se me escapó una carcajada y me giré, obligándola a erguirse.

—Ya está, quejica —le enseñé la lengua, aunque no lo llegó a ver por mi mascarilla.

Pasando un brazo sobre mis hombros, me guió hacia la zona donde habían montado las mesas y los bancos para comer. Como siempre, y procurando que Zendaya no se diera cuenta, la gente me miraba mal al pasar.

No los culpo, la verdad, yo en su lugar también estaría podrida de celos. Y es que no es común que el crew se junte con el cast, mucho menos si se trata de una niñata de apenas 23 años que acaba de salir de la universidad.

—Te tienen envidia, no se lo tengas en cuenta —me había dicho una vez Harry—. A mi me miran igual. Saben que solo estoy aquí por mi hermano.