¿Enamorada de Tom Holland? ¿Desesperada porque ya te has quedado sin fanfics que leer? ¡Estoy aquí para solucionar tus problemas! En este libro escribiré one-shots, imaginas y, en general, un poquito de todo.
¿Romance? Seguro. ¿Ternura? Obviamente.
...
Tom Holland me había besado. El maldito actor THOMAS STANLEY HOLLAND ME HABÍA BESADO.
Uff, qué subidón. Pero a la vez, no tanto.
¿Que por qué? Pues porque en el momento en que dejó de besarme yo salí corriendo. Y no, la vida no es como en el cuento de la Cenincienta: ni se me cayó un zapato, ni fue a mi a quien dieron calabazas.
—¡Diez minutos y continuamos! —exclamó el director, haciéndome pegar un salto.
Mierda. Me fijé rápido en mi cámara, temerosa de haberme olvidado por completo de haberle dado al botón para iniciar. Zendaya no pasó por alto mi nerviosismo, y se me acercó para preguntar si todo estaba en orden.
—Sí claro ¿por qué no iba a estarlo? ¿Qué me notas?—respondí del tirón, soltando un suspiro cuando me aseguré de que había grabado todo.
—Tienes un tic en el ojo desde hace por lo menos 20 minutos —me señaló. Jolín, es verdad—. Y Watts tuvo que repetirte unas cuantas veces que te tocaba enfocar a Tom.
Asentí retirándome y bebí de mi botella de agua, casi que terminándola de un trago.
—Lens, ¿hay algún fuego que pretendas apagar con toda esa agua? —preguntó alzando una ceja.
Yo me atraganté y me puse a toser tan fuerte que alerté a todos en el set.
—¿Tienes pcr negativa, verdad? —preguntó Watts, a lo que yo respondí asintiendo con la cabeza—. Bien. ¡Zendaya! Necesito que vengas un momento.
Zendaya me acarició la espalda antes de marcharse a recibir las indicaciones. Su mirada inquisidora me daba a entender que lo averiguaría TODO tanto si se lo contaba por las buenas como si no.
—¡Eh, tú! —me señaló el director—. Tú serás la que grabe el primer plano de Peter.
Ay estupendo.
Con paso vacilante me coloqué frente a Tom, ajustando la cámara para evitar por todos los medios mirarlo a los ojos.
—Tengo que hablar contigo —susurró. Ya me tembló el pulso y a mi NUNCA me tiembla el pulso.
—Tom, no es precisamente el mejor momento, ¿no crees?
Miré a mi derecha par asegurarme de que nadie nos estaba haciendo caso.
—Mira, sé que tal vez aquel beso estuvo fuera de lugar —le chisté para que bajara la voz— pero tampoco fue bonito que lo siguiente que viera al abrir los ojos fuera a ti huyendo.
Bajé la cámara a la par que suspiraba.
—Por favor, Lens —me miró con esos ojitos suplicantes a los que no me puedo negar.
Con disimulo y un par de excusas, llegamos a su trailer sin levantar sospechas. Me ofreció tomar asiento, pero yo estaba demasiado inquieta como para poder aceptar. Nos quedamos los dos de pie, uno frente al otro... Y sabía que era yo la que iba a empezar.
—Tom, intentaré ser lo más clara posible —inspiré hondo—. Si me pillan contigo así lo más probable es que a mi despidan y a ti te regañen. Además, cast y crew no se deben mezclar.
El soltó un bufido y frunció el ceño.
—Eso es lo más ridículo que he oído en mi vida.
—Oh, ¡vamos Tom! Ustedes son las estrellas —intenté abrir los brazos en el reducido espacio—. Los demás somos el barro que les mancha los zapatos.
—Todas esas cosas que dices son excusas porque no te valoras lo suficiente. Unos estamos delante de la cámara y otros están detrás. Sin uno no podría estar el otro. El resto del mundo no es quién para definir tu valor, ¡tu valor te lo pones tú!
Ahora la que frunció el ceño fui yo.
—Pero, ¿acaso has visto cómo me miran todos cuando estoy con ustedes? ¡Claro que no! No te das cuenta. Saben que estoy ahí por pura suerte, codeándome con las estrellas de la película.
—Esa gente solo te tiene envidia por cómo eres, no por con quién estás. Me gusta estar contigo porque eres increíble, y sabes sacarme una sonrisa incluso en los momentos más duros; en lo que trabajes me trae sin cuidado. Además, si sigues pensando de esa forma, no sólo estás subestimando tu aportación sino la de todos los demás cámaras, ¿te parece que eso es justo?
Me mordí el cachete por dentro, sintiéndome igual que una niña pequeña siendo regañada por su padre. Él tiene razón, lo sé. Sin embargo, es difícil pensar así cuando todo el mundo cree que tu trabajo lo podría hacer un trípode.
—Esta industria no es tan fría como piensas—añadió con un tono más suave—, y todos somos los que trabajamos duro para que las cosas salgan adelante.
Ahora sí me dejé caer en el sofá.
—Ojalá más personas pensaran como tú —musité, lo suficientemente alto como para que lo oyera.
Dejó escapar una carcajada y se sentó a mi lado. Silbando y mirando para el otro lado, me colocó el brazo sobre los hombros, haciéndome reír. No era la primera vez que usaba esta táctica, por lo que sabía que tenía mi aprobacón para hacerla y que, además, me sacaría una sonrisa.
—Me frustra mucho —continuó— porque no debo ser yo quien te asegure lo maravillosa que eres, ¡eso es algo que debes saber por tí misma! Eres tú la que debe reconocer su propio talento, y mandar al carajo a los demás.
Me acurruqué más contra él, y pude oír con claridad cómo su corazón aumentaba el ritmo de sus latidos. Con el rabillo del ojo, advertí que la comisura del labio se le levantaba en una disimulada sonrisa.
A lo lejos se oían los gritos del director através del megáfono.
Pero los latidos eran más fuertes.
—Tom —me erguí un poco, pero sin separarme. Él me miró con las cejas alzadas—, prometo que si me das otro beso no saldré corriendo.
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Qué guapo sale aquí, ay.
Bueno, como habrán podido comprobar, he cambiado los títulos de los one-shots. No sé si a alguna le habrá llegado la notificación y se habrá pensado que subí tantos caps JAJAJJA perdón, pero bueno para compensar está este, y que sepan que ya tengo escrito otro que subiré la semana que viene, ¡así que estén atentos!
