Tom Holland (One-shots/Imagines)

8. "Papá" Noel

One-shot: "Papá" Noel (Tom Holland)

La mañana de navidad es sin duda la más mágica del año. Lo normal en cualquier casa es un despertar agradable y lleno de emoción, seguido de una amena y tranquila comida familiar

En la casa de los Holland lo de tranquilo no lo tenían controlado.

—¡Allá va el cohete! —gritó Charlie, con un Apolo 14 sobrevolando su cabeza.

Nicola, que salía de la cocina con una bandeja de galletas, se agachó justo a tiempo para evitar que el dron impactara en su cara.

—Ten cuidado con eso, Charlie. ¡Casi desfiguras a la abuela! —lo riñó Sam, aunque sin poder evitar reírse ante la cara de desconcierto de su madre.

—¡Perdona, abu Nila! —gritó Charlie a la vez que pasaba como una bala al lado de su abuela para entrar en la cocina.

Ella negó con la cabeza y miró a su hijo, que se había sentado para ordenar sus recién adquiridos calcetines.

—Ha salido igual de inquieto que su padre —murmuró, acercándose a dejar la bandeja sobre la mesa grande.

—¡Oh, vamos! Si yo era un amor —se defendió, alongando el brazo para tratar de agarrar un dulce.

—Según me han contado —colocaste la bandeja de chocolate sobre la mesa antes de pasarle una galleta—, le diste bastantes dolores de cabeza a mi marido.

Sam, ya con el dulce en la boca, hizo un ademán con la mano para restarle importancia. Iba a rebatir cuando vio quién bajaba por las escaleras.

—Ya estoy mejor, pero estas nauseas matinales me están matando —tranquilizó la joven, mientras bajaba escalón a escalón con una mano en la barandilla y la otra sobre su enorme vientre.

Su novio fue a recibirla apurado, y regañándola por haberse vuelto a levantar de la cama.

Aunque fuera su segundo hijo, estaba igual de nervioso que con el primero.

—¿Crees que Tom será así algún día? —preguntaste, mirando con los ojos iluminados a la pareja.

Tu suegra se encogió de hombros, dándote la espalda para volver a entrar a la cocina.

—Conociendo a mi hermano, estaría tan paranoico que si estornudaras le daría un ataque —se burló Harry, que salía del baño.

—¿Donde dejaste a mi sobrino, Harry? —preguntó Sam sentando a su mujer en el sofá.

Harry se pasó una mano por el pelo mientras mirada alicaído sus zapatos.

—Ha ido con Bianca a casa de sus padres —murmuró, y luego alzó la cabeza con una expresión apenada—. No sé si esto está funcionando.

Tú hiciste una mueca y lo abrazaste por los hombros, tratando de infundirle los ánimos que le faltaban. Tenías alguna idea de lo que estaba ocurriendo, pues tus padres pasaron por el divorcio en su momento, y sabías lo jodido que era.

—La hecho de menos. Sé que no debería, pero-

—Bro, ahórrate la charlita —lo cortó Sam—. La echas de menos porque no recuerdas los últimos meses, sólo los primeros. No te acuerdas ni de las peleas ni de los malos rollos.

—Tú no sabías cómo era, así que cállate la boca —le advirtió Harry, apuntándolo con el dedo.

—En cualquier relación casada puede pasar, no eres la excepción —Sam lo miró con una ceja alzada.

Harry rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos.

—Te creería si lo dijeras por la experiencia, pero ni si quiera estás casado —bufó, y ahí es cuando supiste que era momento de irte a buscar o a Tom o a Nicola.