Erotismo -LixBin

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Félix salió de la universidad soltando un suspiro, hoy tenía que armar el pequeño set de fotografía que usaría con Changbin. Si dijera que no estaba nervioso estaría mintiendo, obvio que estaba nervioso, el chico le había caído bien y había aceptado todas las condiciones de su trabajo. El tener que pagarle no le era un problema, ya que merecían pagarle por el tremendo favor que le estaba haciendo, más encima conociéndolo tan poco.

No sabía cuántas sesiones fotográficas serían, pero por alguna razón quería que sean bastantes.

Ryujin iba a su lado con su celular en la mano pérdida en su mundo, lo más seguro que es que estuviera hablando con Chan. La chica estaba tan metida escribiéndole a su crush que Félix la tenía agarrada del brazo para correrla si alguien venía enfrente y así evitar malos ratos y dolores de brazo.

Félix quería hablar un poco con su dongsaeng pero ella no le respondía y solo decía "es tan lindo" "muy tierno" "¡¿Por qué es tan hermoso?!" No podía culparla, le gusta verla sonreír y con sus cachetitos rojitos.

Al llegar a la cafetería, Ryujin se despidió de Félix y entró al local para empezar su turno de trabajo, el pelinegro siguió caminando hasta su departamento. Una vez llegó, dejó su mochila en el escrito de su habitación y empezó a ordenar su casa para armar el pequeño set.

Llevó su cámara y algunas luces al salón que las dejó arriba de la mesa ratona, abrió las cortinas para que haya un poco de luz solar y en eso llamaron a la puerta.

Felix casi entra en pánico, pero respiró hondo y se acercó a la puerta, la abrió dejando ver a un Changbin con aspecto relajado con una mano en el bolsillo de su pantalón y la otra sosteniendo un pequeño bolso.

–Hola–Saludo el pelinegro con una mini sonrisa en su rostro.

–Hola, pasa–Se hizo a un lado y dejó al rubio entrar a su hogar, Chang se había agachado un poco para sacarse los zapatos y Félix trató con todas sus fuerzas no mirarle el culo–Yo estaba armando el set antes de que llegarás. Vamos a hacer las fotos en el sofá, pero también podemos hacerlas por el resto de la casa, ya sea en la mesada de la cocina o en el baño. También puedes usar ropa mía, creo que te va a quedar grande y nos podría servir.

–Vaya, ya tenías todo planeado, ¿eh?–Dijo burlonamente y Felix se sonrojó un poco. El pelinegro  río bajito–Estoy bromeando. Yo traje algo de ropa, no sé si nos llegaría a servir–Ambos chicos se sentaron en el mueble. Seo abrió su bolso–Tenía algunas gargantillas y medias, pensé que sería buena idea.

–Sí van a servir, ¿empezamos?–Changbin asintió–Bien, el baño está pasando este pasillo la primera puerta a la izquierda–El menor asintió y tomó su bolso para ir a cambiarse.

Félix se levantó del sillón y agarró la manta de felpa negra, que anteriormente había llevado a la sala antes de que llegará Changbin, y cubrió el mueble desde el respaldó hasta el suelo por lo larga que era la manta.