Luego del incidente, la policía periceó el lugar y se llevó el cuerpo. Tras un breve interrogatorio al CEO lo dejaron libre para irse.
Nos trasladamos inmediatamente al departamento.
Noté que repetidamente se tocaba el hombro.—¿Te duele?¿Necesitas ir al médico?
—¡No!...ni hablar.
—Cuando lleguemos date un baño de agua tibia, te revisaré el hombro.
—No es necesario —dijo cortante.
Ya no pude contenerme y le grité.
—¡Mierda!¡No hay discusión sobre esto! ¡Te ducharas y te revisaré ese hombro!
Jeon Jungkook quedo paralizado al ver mí reacción.
Me miró con sus ojos acerados.—No vuelvas a gritarme. Recuerda tú lugar.
Cuando llegamos, él se dirigió directamente a su habitación. El empleado de siempre me guió a la mía.
Estaba junto a la habitación de mi protegido y tenía una puerta de conexión con la alcoba del CEO.
El empleado me advirtió que sólo podía cruzarla en caso de emergencia, por ninguna otra razón, por lo demás estaba estrictamente prohibido abrirla.
Mi habitación era espaciosa con un escritorio a un costado. La cama era grande y se veía acogedora. La cubría un edredón rojo.
Me senté al escritorio para realizar el informe para RM, no tenía ganas de llamar, me encontraba sudoroso y cansado.
Me duche rápidamente y me puse la camiseta blanca que usaba de pijama con un pantalón de buzo holgado. Me tiré en la cama sin siquiera abrirla y con mi arma en el regazo.
Desperté con la habitación a oscuras. Sentí unos gemidos provenientes de la habitación contigua.
¿Que hacía?
¡Al diablo! Que me despidiera si quería.
Abrí la puerta de conexión y entré a su habitación. Él estaba sentado en la cama tocándose el hombro.
Asombrado de verme se cubrió.
—¡Mierda! ¿Que haces aquí?
—Si quieres me despides, pero te revisaré ése maldito hombro ahora.
Me acerqué y le abrí el pijama de seda negra que tenía puesto.
Tenía el hombro morado por el golpe que se dio cuando lo tiré al suelo, además se notaba el hueso ligeramente salido de su lugar.
Me miró sorprendido.
—Ponte de espaldas.
A regañadientes lo hizo.
—Esto dolerá un poco, pero luego podrás descansar.
Me senté a horcajadas en su espalda, puse mis manos en su hombro y lo jalé hacia mí. Sentí el click del hueso volviendo a su lugar y un agudo gemido de Jeon soportando el dolor.
Ése chico seguía sorprendiéndome. Era fuerte, tenía que admitirlo. No cualquiera habría aguantado tanto dolor.
Me bajé de la cama y me dirigí al baño en busca de un botiquín, cuando lo encontré saqué un ungüento analgésico y unas pastillas antiinflamatorias.
Jeon Jungkook tirado aún en la cama tenía la frente perlada de sudor.
Me senté a su lado y le apliqué el ungüento, sentía los ojos de él fijos en mí mirándome inquieto.
Luego lo ayudé a incorporarse para darle las pastillas con un vaso de agua.
Vi como una lágrima rodó por su mejilla. Sin darme cuenta se la sequé con mis dedos. De un golpe apartó mi mano.
—Puedes retirarte —y se recostó dándome la espalda.
No me importó, no quería su gratitud.
¡La cagué con secarle las lágrimas!.
Pero fue instintivo. No me explicaba porqué con éste chico se activaban todas mis alarmas de protección.
Después de eso no podía dormir. Me daba vueltas en la cama, tenía el olor a jabón y perfume de Jeon Jungkook pegado en mi cuerpo.
¿Qué diablos me estaba pasando?.
Después de un rato por fin logré quedarme dormido.