Al día siguiente era domingo y me levanté temprano. Tenía que reunirme con RM y el investigador privado en la oficina de la agencia.
Le dejé una nota a Jungkook con Augusto, avisandolé de mis pasos y pidiéndole que no abandonara el departamento. Luego de eso me fui a la agencia.
El investigador llegó a la hora acordada.
—He descubierto algunas cosas interesantes.
—Cuéntenos los detalles por favor —le pedí .
—Creo, que detrás de los ataques está un familiar del CEO .
Yo ya lo sospechaba. Seguí escuchando.
—Específicamente, su tío.—Continuo el investigador —Descubrí que tiene una deuda millonaria con unos prestamistas, y el plazo de pago vence a fin de mes.
—¿Tiene pruebas de que está implicado?
Lamentablemente, no. Ha sido muy cuidadoso en no dejar evidencia. Si el CEO muere, el total de la fortuna pasa a manos de él, ya que no hay más herederos.
—Pero ¿Y el matrimonio con su hija?
—¡Ah! Ese es otro asunto. La chica gasta sumas millonarias en ropas y joyas. No creo que el padre confíe mucho en ella. Ambos están interesados en la herencia. La diferencia es que el padre lo quiere muerto ahora y ella después de la boda.
—¿Cómo es eso?
—Creo que los atentados recientes, fueron perpetrados por el tío y, que la chica no sabe o finge no saberlo. Pero si llega a realizarse la boda el peligro de muerte del CEO se duplicará por dos.
—Tenemos que atraparlos antes de que suceda. Por mí parte no lo dejaré solo ni un instante. Eso sí, necesito pruebas.
—Trabajo en eso, le aviso apenas las tenga.
Nos despedimos y él se fue de la oficina. Quedé mirando a RM.
—Jimin debes tener mucho cuidado.
—Lo haré, no te preocupes. No dejaré que nadie lo lastime.
RM me miró curioso.
—¿No me he enterado de algo?
Me puse rojo hasta las orejas.
—¿Porqué lo dices?
—Nunca te vi tan apasionado por un cliente. Además no me has dicho cómo has durado tanto con él. Los otros guardaespaldas dicen que es un insoportable.
—Soy un profesional ¿no? Además tú me lo rogaste, ¿Se te olvidó?
—Tienes razón, pero no sé porque me huele que aquí hay algo más.
Si estaba colorado me puse aún más, me toqué inquieto mi pelo.
—Voy a mi departamento a recoger algo de ropa. Estamos al habla.
Salí rápidamente de la oficina para dirigirme a mi departamento, luego conduje de vuelta a Jungkook. Cuando iba llegando noté algo raro.
Un automóvil con vidrios polarizados iba saliendo del estacionamiento.
Subí corriendo por que algo me decía que Jungkook estaba en peligro. En la sala encontré a Augusto y Lette amarrados y amordazados.
Solté a Augusto primero.
—¿Dónde está?
—¡Se lo llevaron! —respondió llorando.
—Tranquilízate y por favor llama a este número. Te contestará un hombre llamado RM. Mi jefe. Cuéntale todo.
Asintió aún asustado.
—Libera a Lette.
Salí corriendo hacia el automóvil. Por suerte días antes había intervenido el celular de Jungkook y podría rastrearlo por el GPS, que me llevó hacia las afueras de la ciudad.
El auto que seguía se detuvo en un puente por donde corría un caudaloso río.
Vi a unos hombres encapuchados sacar a Jungkook y acercarlo al barandal para luego tirarlo al río. Frené rápidamente y bajé del vehículo sin preocuparme de él.
Los hombres comenzaron a disparar cuando me vieron para ganar tiempo y subir al vehículo para huir. No tenía tiempo de seguirlos. Me acerqué al barandal y me tiré tras de Jungkook.
Mi corazón estaba más helado que las aguas de ese río.