FLEURS DU MAL

41 2 0
                                    


Harry y Lauren siempre fueron muy unidos. La manera en la que él obligaba a los empleados a hacer cualquier cosa que se le ocurriera; hacía que Lauren estallara en carcajadas.

— Hoy es un día feliz, cuando estoy feliz bailo. . . ¿No lo crees así hermana?— Las travesuras siempre se anunciaban con comentarios como este. Lauren lo miraba con admiración y una sonrisa llena de complicidad. — Pero. Estoy muy como en este sillón. Me complacería mucho un baile, aun si no fuese yo quien lo realice— El príncipe miraba a su alrededor.

Los trabajadores, soldados y cualquier persona cerca de el monologo, sabía lo que este significaba. Por ello no se atrevían a mirar al joven. —¡Tu! Aproxímate. . . — ordenó Harry a un siervo muy bajo— . . . Y tu también . . .— señalo apuntando con índice y medio a un hombre ya de edad avanzada muy alto y delgado. —. . . Tu y tu.— Una dama gorda y un empleado de limpieza fueron seleccionados. Estos cuatro caminaban lentamente hacia el centro del grupo que seguían a los príncipes. Lauren sonreía complacida — ¿Dónde están mis trovadores?— preguntó enojado. Casi inmediatamente un puñado de hombrecillos con ropa muy extravagante comenzaron a tocar el pandero, tambor, laúd, flauta y rabel. El viejo bailó con el joven; aunque por su edad no era nada ágil, la mujer con el hombre que fregaba los pisos quien manchó el vestido de ella con sus manos sucias. Lauren y Harry morían a carcajadas. 

Después de un par de minutos el viejo cayó al suelo, el joven envuelto en cólera le ordenó seguir. Pero el pobre no lograba ponerse de pie — ¡Te ejecutaré yo mismo! — amenazaba el príncipe ya de pie. Los gritos hicieron que la música parara. Harry pensó que se trataba de su voz demasiado alta, pero los músicos en realidad dejaron de tocar porque el rey se acercaba al jardín.

Los empleados abrían  paso, Soleil el magnifico. Rey sabio pero severo avanzaba con pasos firmes acompañado de Lúa y su hija, media hermana de los príncipes. Lauren dejó su asiento por respeto. Ambos inclinaron la cabeza a su padre. No quisieron verlo a los ojos. —No pediré explicación a tan ridícula escena — dijo el rey. Con esa voz grave — Padre — intentó Harry.

—¡Dieciséis años de idioteces Harold! Una más ya no me sorprende— miró a su hijo enojado. Harry mantuvo los ojos en el césped.  — Levanten al viejo, llévenlo con el medico— ordenó Lúa.

Lauren dio un paso adelante, sabía que hacer o decir siempre — Padre, te ruego perdones a mi hermano e ignores este circo. Me sentía un poco triste. Por mi peineta, se rompió esta mañana. Le comenté lo especial que era para mi. El solo quería hacerme sonreír. Pero erró. . . Aceptare las consecuencias. Harry, el no hizo nada —  los ojos de la princesa eran irresistibles. Ese verde brillante y las cejas curvas eran una de las pocas o casi inexistentes debilidades de su padre. El rey miró a su hija, respiró hondo para después soltar el aire con fuerza — No hay que tomar lo ajeno. Este problema no te pertenece. . . Pero me has convencido— respondió el rey, quien mirando a Harry terminó — Intenta ser un buen ejemplo para tu hermana—. El príncipe sonrió e hizo una pequeña reverencia a su padre. 


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Esa misma noche durante la cena se discutieron las consecuencias de lo sucedido. El baile.

— Estuve pensando, una alternativa para hacer desaparecer tus creativas ideas . .  .— decía el rey a su hijo — . . . Y descubrí que; a tu edad, mis clases eran más estrictas. Casi no tuve tiempo de jugar por el palacio. Y claro, mi hermano vivió siempre con mi tío. Decidí que empezarás mañana mismo tu educación para convertirte en mi sucesor— Harry sintió que su pecho y cabeza pesaban. —Arco, espada, cacería, combate. Incluso finanzas y estrategia sobre guerra. Se acabaron los juegos de niños. Eres un hombre Harry, deberás comportarte como tal— 

Lauren no permitiría ser separada de la persona que más amaba en el castillo — Padre ¿Qué hay de mi? No soportaré estar sola . . . Harry. . .— intentó, pero el rey interrumpió — Tu también tendrás clases. Bordado, canto, literatura, conducta, también como cuidar de un bebé — La princesa no lucía muy conforme con sus opciones. — Pero yo aún no sé si quiero ser madre— dijo ella. El rey enfadó — Eso no te compete, cuando te cases con un rey. Tendrás que darle herederos— dijo Soleil.  La respiración de Lauren se agitó, apretó los dientes — No me voy a separar de mi hermano, estaré donde el esté. Aprenderé lo que el aprenda—.

Soleil la miró enfurecido — ¡Aprenderás lo que una dama debe, Harry lo que un caballero. No más. No es correcto lo que pides!— Lauren se inclinó hacia enfrente desesperada —¡¿ Y quien elige lo que es correcto o no?! ¿Lo que puede hacer una dama o un barón? Harry saldrá y yo encerrada estaré en el castillo como si de un mueble se tratase. No me gustan estar dentro, no me gusta tu decisión —. La princesa se levantó de la mesa y corrió en dirección a su cuarto. —¡Lauren!— gritó el rey. —¡Estaré sola, no puedo continuar!— dijo ella. Harry pidió disculpas y siguió a su hermana. 

La bella mulata tomó la mano el alterado rey. Le sonrió — Ella es muy lista, debería explorar y explotar su potencial. . . Tu eres muy bueno en. . . — el rey calló a su esposa con el dedo anular e índice. Ella sonrió y besó los dedos del rey.  

—Ella. . . Ella, siempre obtiene lo que quiere— dijo Soleil.

Lúa continuó — Que se diga eso de cualquiera de los hijos de Soleil el magnifico, y Soleil será más fuerte frente a su reino. Y los demás reinos—.

La mujer se puso de pie, hizo una reverencia al rey y caminó tras los príncipes —Ahora, si su majestad no tiene objeción alguna. Aconsejaré a la princesa llevar guantes mañana.  . . Las espadas son muy pesadas y sus delicadas manos lucirían muy mal dañadas—.  El rey cerró los ojos y suspiró. 


Derniére danse: El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora