DULCE RESPLANDOR

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Los años pasaron. 

El rey de aquella vez no recuerda nada ya era un adulto mayor, con otras prioridades y asuntos personales. Con el tiempo se dijo que Simon había escapado y realmente a nadie le importaba. El nuevo general fue del agrado de Soleil, quien depositó en él su confianza muy rápido, poniendo a su disposición y cargo el ejercito. Harry se hizo amante de la bebida y las fiestas que duraban días, a diferencia de su hermana él era tirano por simple entretenimiento. Ariana y Lauren se llevaban muy bien. La menor admiraba a su media hermana; algún día quería ser como ella. Lúa notó que algo crecía dentro de la princesa, esos ojos esmeralda no eran los mismos. Algo corrompía su alma, pero no se atrevía a exponer su pensar.

 Y poco a poco el poder de Lauren sobre el rey y los demás familiares se erguía como un abismo incesante. Sabía que decir o hacer para que cada uno actuara a su conveniencia. El general enmascarado era su confidente.  Zayn se volvió parte del palacio. Trabajadores y soldados temían de la princesa, era alguien de cuidado.

Así la familia fue madurando. Pronto Soleil tendría que elegir un heredero. Harry no tenía la corona en la bolsa, ya que en una de sus tantas peleas; el rey dijo a su hijo que no pensaba dejar el reino en manos del vicio.  Así entonces nació la rebeldía de Harry y abrió la posibilidad a que Ariana o Lauren obtuvieran la corona. Con una ventaja evidente, Lauren se pavoneaba al tomar decisiones buenas para el reino o prepara eventos dedicados a su padre. Con tal de que día a día, ese trono fuera suyo.



Pero hoy no se pronosticaba pelea alguna. Era primero de febrero. Cumpleaños número veinticuatro del príncipe Harry. Desde muy temprano Lauren lideraba el proyecto que había planeado hace unos meses. En el gran salón telas colgaban del techo. Blancas y doradas. Decoraban perfecto para la ocasión. La princesa ordenaba a los trabajadores donde y como hacer las cosas. Soleil entró al salón, caminaba despacio — Eres perfecta en esto — dijo a su hija. 

— Padre — saludó ella y después lo abrazó sonriente. Se apartó de el hombre — ¿perfecta en que? — preguntó Lauren .

El rey sonrió orgulloso — En todo lo que te propones — dijo. Lauren con cada halago, cada felicitación. Cada reconocimiento por parte de su padre, significaba para ella poder y victoria. —No, no es así —respondió ella. Ambos sonrieron, se tenían mucho cariño. Soleil tomó la mano de su pequeña. — Eres un pilar. En esta familia. . . Nos procuras a todos. Tu hermano, tu hermano estará muy complacido por su fiesta de cumpleaños — decía el rey, mientras acariciaba la mano de Lauren. — Muchas gracias padre. Significa mucho para mi tu tranquilidad y tu confianza. Hago lo que puedo — bajó la mirada, dispuesta a conseguir el siguiente comentario del rey.

— Veintidós años de orgullo y tranquilidad.— dijo Soleil. Besó la mano de Lauren, quien tenía una enorme sonrisa en el rostro y el rey caminó fuera del salón. Lauren perdió la mirada unos segundos. Enseguida entró el general; quien siempre usaba casco, esta vez portaba una mascara de plata con cabello corto ondulado, pequeños cuernos  y sin boca. — Majestad, el príncipe será despertado en una hora . . . — dijo el general

Lauren lo observó. Esa máscara era elegante — ¿Tan tarde? — preguntó seria.

El general explicó — El príncipe continúa con resaca princesa. . . — 

— Que novedad — contestó L, sarcásticamente. — Continua —.

El hombre de armadura clara, asintió — Cuando este vestido y dispuesto será llevado al sastre real. Ahí se harán últimos ajustes y le entregará su atuendo para esta noche. Después con el barbero real para su corte de pelo. Al terminar lo llevarán con el joyero a recoger los anillos que usted mando hacer para el príncipe y lo que él guste o necesite. Y finalmente después de la caravana de cumpleaños donde el príncipe pasara por los senderos principales del reino para ser felicitado por su pueblo. Llegará aquí a su fiesta de cumpleaños majestad — . Lauren sonrió. El general, tenía todo bajo control. Debería; como su puesto lo indica, estar a cargo de las tropas. Pero hacía años, Lauren nombró un Capitán para eso. — Solo hay un pequeño detalle su excelencia — terminó el general. 

Derniére danse: El último baileDonde viven las historias. Descúbrelo ahora