Derniére danse: El último baile

LA GRAN TIRANA

Lauren lloraba boca abajo en su enorme cama cubierta por telas hermosas de alrededor del mundo. Cuando su padre viajaba, al regresar siempre traía consigo regalos para toda la familia. La princesa siempre se llevaba la mejor parte. Peinetas, joyas, telas preciosas para sus vestidos, juguetes y hasta esclavos; pintores, poetas y artistas que hacían lo posible por mantener feliz a la princesa.

Ella lloraba mientras Harry, sentado en el suelo consolaba a su hermana — Apuesto a que dejará que vengas conmigo. Nunca nos separamos . . .  Yo contigo, tu conmigo — el joven le sonrió. Lauren levantó la cabeza y la puso encima de sus brazos. Se calmó, limpió sus lagrimas y lo miró triste —¿Eso crees? — preguntó la pequeña. H rió, peinando algunos de los oscuros cabellos  desordenados de ella. — El siempre hace lo que tu deseas — dijo Harry. Como respuesta obtuvo una coqueta sonrisa de su hermana.

De pronto alguien llamó a la puerta. Las dos damas encargadas de ello, abrieron desde afuera y Lúa apareció en la habitación. Caminó hasta el pie de la cama, para cuando atravesó en amplio cuarto; Lauren ya estaba sentada. — ¡Oh, Lú! Por favor intercede por mi frente a mi padre. En verdad deseo estar con mi hermano — dijo la princesa.

— Admiro tus ganas de aprender todo lo que puedas. Mientras más se sabe, más se es . . . — contestó Lúa después de un momento de silencio —. . . En verdad es encantador el amor que se tienen el uno al otro. Eso habla muy bien de una familia. Su unión y sus habilidades — la mujer se sentó a un lado de Lauren, esta tomó las manos de la reina.  La cabeza de la princesa reposaba también en el hombro de la mulata. — Me parece que una princesa debe llenarse de conocimiento, así le será más útil a su reino si en algún momento se convierta en reina . . . — decía la mujer a la joven, quien ya veía venir el permiso — . . . Mañana; al terminar tu clase de canto, irás con Harry, Simon y su hijo Zayn Lionolbars. Empezarán con arco. Las espadas son muy  peligrosas aún — terminaba la reina entre risas de felicidad y celebración de amos príncipes. Pero se calmaron por un segundo — ¿Qué hay de mi padre? — preguntó Lauren. Con tranquilidad y elegancia Lúa sonrió confiada — Mañana mismo salimos de viaje para atender asuntos con el hermano del rey. . . Hasta su regreso se enterará. Deja que yo me encargue de tu padre, es un hombre bueno. Rígido, pero muy bueno — dijo la mujer. Harry y Lauren entusiasmados abrazaron a Lúa. Festejaron el que nada ni nadie los separara. 

Al día siguiente. Harry se puso uno de sus trajes verde aceituna que combinaban con su color de ojos. Por otro lado, Lauren siempre vestían de colores claros, esta vez un vestido blanco con detalles en color café muy claro. Ambos usaron botines, guantes y demás cosas que los mantuvieran a salvo. Como se planeó. Al terminar la clase de canto, la princesa corría por todo el castillo,  atravesó pasillos largos y escaleras amplias. Seguida por dos empleados, cuatro damas y cuatro  soldados  que intentaban no quedarse atrás. Ya que de ellos dependía la seguridad de la princesa. Estaba muy emocionada por su clase de hoy. 

Por fin. A las once en punto,  llegó al recibidor del ala oeste del castillo, la cual conectaba a un jardín hermoso lleno de rosas de todos los colores. Vió a su hermano. — Papá mismo los mando a hacer. Son perfectos — dijo Harry, con dos arcos en la mano. El muchacho dio a su hermana el arco negro con detalles dorados y el se quedó con el blanco. Lauren sonreía tanto que comenzó a reír con su hermano, hasta que los interrumpió una voz rasposa y grave.

— Muy bien, veo que los príncipes hoy cuentan con completa disposición— se trataba de el general Simon, bajaba de su caballo. Portaba su armadura, parecía muy pesada debido a su paso firme y pausado. Su hijo quien nunca desmontó su caballo, parecía duro; mirada profunda, ojeras, ceja partida como su labio inferior y ceño fruncido. —General Simon Lionolbars Malik. . . — decía mientras terminaba  una reverencia —. . . Mi primogénito, único hijo  Zayn Lionolbars Malik — El muchacho apretó los labios.  Lauren lo miró, no le pareció correcto que se mantuviera en el caballo. Debía mostrar respeto — Baja del caballo — ordenó L.