Every Little Thing

03. Garras

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Aclaraciones antes de leer:

->Este fic ignora los sucesos de Yashahime, solo he tomado a Moroha.

->Este fic no es cronológico. Es decir, puedes encontrarte un capítulo de Moroha bebé, al siguiente ya siendo adolescente y el que sigue cuando estaba en el vientre de Kagome. No son cronológicos, pero si siguen una línea argumental.

->Por lo general serán Drabbles de menos de 500 palabras, salvó que me emocione con algún tema. 

->No hay una fecha de actualización fija. Puedo actualizar días seguidos o uno a la semana. Todo depende de mi inspiración.

->Gracias por leer. 😉

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3. Garras – ( 398 palabras)

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Cuando Kagome quedó embarazada, pasó gran parte de su estado pensando en que características del padre adquiriría. Sabía que su pequeña sería un shihanyou, sería más humana que demonio, pero tenía la leve sospecha que los genes de Inuyasha serían más fuertes que los suyos.

Así que, grande fue su sorpresa, cuando tuvo a la pequeña Moroha en sus brazos y notó que la bebé no demostraba diferencias con un bebé normal: No había orejitas de perro, ni ojos amarillos, ni garras ni colmillos.

Aunque, realmente, poco le importaba que fuera más parecida a la versión humana del hanyou, la amaba completamente. Pero, quizás, creer que no había heredado nada del padre, fue una falsa ilusión.

Lo aprendió a la mala, la tarde en que Moroha cumplió sus tres meses de vida, mientras le daba de comer fue que sintió un dolor muy agudo en su pecho que la hizo soltar un quejido que alertó completamente a Inuyasha, el hanyou al verla derramar un par de lágrimas se acercó para ver que le pasaba.

—Moroha —susurró, señalando la pequeña mano de la niña, agarrándole parte de su pecho—, le salieron garras.

—¿Y por eso lloras? —preguntó sin comprender las lágrimas de su esposa.

—Me las está clavando —dijo entre diente, causando que finalmente Inuyasha fuera en auxilio de Kagome.

Inuyasha se acercó para tomar la manita de su hija con su dedo, ella no tardó en aferrarse a su padre sin desprenderse de su comida. Observó con detenimiento la mano de la bebé y se encontró con la verdad. Las uñas que había mostrado los primeros tres meses de su vida, se habían caído dando paso a unas pequeñas garras puntiagudas, no pudo evitar ladear la sonrisa.

—¿Ves Kagome? —le dijo enseñándole la mano de su hija—. Garras. —encantado de que su hija tuviera algo heredado de él, amplió la sonrisa como si hubiera recibido la mejor noticia del mundo. ¡Estaba emocionadísimo! — ¡Quizá luego le salgan colmillos!

No supo que fue lo que pensó Kagome de sus palabras, solo la vio contraer su cara, preocupada. Ajeno a los pensamientos aterrados de la sacerdotisa, Inuyasha tomó a su pequeña que ya no quería comer más, para quitarle el aire que pudiera haberse formado en su estómago mientras comía.

Kagome se cubrió ambos pechos con sus brazos. Solo esperaba que Moroha desarrolle los colmillos cuando ya comiera sólidos.

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Este capitulo iba a ir de otra cosa, pero terminó saliendo esto.

Las que somos madres sabemos que dar pecho es hermoso, pero doloroso también. ¿se imaginan que te agarren con garras y colmillos? De solo pensarlo, me da escalofríos.

La maternidad y paternidad no es todo felicidad, así que hay que abarcar todos los aspectos.

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¡Gracias por leer!

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Aquatic~

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24 de Marzo 2021