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No es necesario mencionar mi nombre, no es importante.
Realmente nadie conoce mi nombre, solo soy el solitario que siempre a las 10:30 am sale por su café al mismo lugar, a la misma hora todos los días.
Existen muchas veces en las que cuestiono mi vida y mi existencia, ya no encuentro las razones para seguir viviendo, no tengo un motivo.
No tengo un porqué.
En este momento me estoy arreglando poniéndome el mismo traje para ir al mismo trabajo que tengo desde los dieciocho años y ahora después de siete años sigo aquí, ahora como el jefe pero eso no lo hace menos aburrido o más interesante.
Ahora estoy de camino para ir por mi café, como siempre.
Entrando a la cafetería de siempre pasó algo que paró por completo mi respiración, mis pensamientos y sonará cursi o raro pero sentí que paró el tiempo.
No creía lo que mis ojos estaban viendo.
La ví, estaba ahí. Tan hermosa.
Jamás la había visto por aquí, ¿Quién es?, esa fue la pregunta que rondó por mi cabeza unos segundos.
Hasta que caí en la realidad cuando sentí un pequeño golpe en mi hombro.
Creo que era mi amigo Tom diciéndome algo sobre mi puntualidad de siempre al venir aquí, realmente no sé, no le puse atención a nada de lo que me estaba diciendo. Toda mi atención estaba centrada en ella.
A lo que lo único que dije fué -solo que está vez no le pongas azúcar, odio el café demasiado dulce- me quejé.
- no hay cosa que tú no odies- dijo de forma burlona.
La verdad él tenía razón, realmente odiaba casi todo, pero no hay cosa que odiara más que el café dulce. Después mi amigo le hizo señas a aquella chica que me robó la mirada y ella empezo a hacer mi café, la verdad no estaba muy de acuerdo con eso porque ella es nueva y no sabe hacer el café como me gusta, pero no me atreví a decirle nada, al menos al momento en que me entregue el café podré interactuar con ella aunque sea unos segundos y probablemente llegar a intercambiar alguna mirada y ver sus bellos ojos color miel que ví desde que entré aquí.
Ella hizo mi café y me lo dió, solo la miré pero a cambio ella me dió unos segundos con esa mirada más hermosa que un atardecer.
Espera qué?, Qué estoy diciendo, no puedo estar hablando o pensando de esa manera, no yo.
Volví a mi gesto serio de siempre y tomé mi café de sus manos, le pagué y me fui.
Llegando a mi oficina en el piso 36 de la calle Fire lamp, me dió por probar mi café para por fin estar listo y empezar mi agotador y aburrido día como siempre.
Y que de repente me doy cuenta, mi café está dulce e incluso tiene crema batida.
Esa mujer realmente es linda pero que a caso no sabe seguir indicaciones?.
Claramente dije que no quería que mi café estuviera dulce, obviamente mucho menos con crema batida.
Estaba realmente enojado, pero no tenía tiempo para enojarme y menos para ir por otro café, así que me dediqué a hacer el simple papeleo y cuentas de todos los días.
Nadie sabía lo que yo estaba pensando, solo me veían como una persona aburrida, lo que ellos no sabían era ir yo estaba diagnósticado con depresión desde hace ya unos años.
Solo quería darle fin a esta cosa tan absurda y tonta llamada vida.
Tomé la decisión, hoy lo haría.
Hoy dejaría de existir.
Terminó mi horario de trabajo, subí al elevador pero en vez de elegir el piso uno para bajar y regresar a casa, elegí el piso 70, que era el más alto en el edificio.
Iba a lanzarme y nadie iba a notarlo, tampoco notaría mi ausencia.
Llegué al piso elegido, me quité los zapatos, el saco y dejé mi maletín en el suelo.
Me acerqué hasta la orilla del edificio y abrí los brazos.
Estaba a punto de dejarme caer hasta que escuché una voz.
- Oye, ¿También disfrutas de la vista aquí arriba?-
Cerré los brazos inmediatamente y me alejé de la orilla, al dar la vuelta la veo a ella.
La chica del café.
No le dije nada, no sabía que decir. No la conocía, ¿Cómo le iba a decir que estaba a punto de lazarme?.
Ella siguió hablando.
- Tienes suerte de trabajar aquí, es uno de los edificios más altos de la ciudad y puedes verlo todo, cada maravilla, cada detalle tan perfecto de nuestra existencia. Tenemos suerte de haber existido en este momento para disfrutar de todo esto -.
Realmente no sabía que decirle, ella es tan positiva y alegre. ¿Cómo podía agradarme alguien que es todo lo contrario a mi?.
Solo me limité a decir.
- después de siete años, la vista me aburre - al momento de decir eso, di un giro con mis ojos.
- Pues si yo estuviera aquí cuarenta años, cuarenta años disfrutaría de la vista - dijo con su hermosa voz. Y siguió diciendo - ¿Por qué mejor no bajamos de aquí y vamos por un café?, Yo invito-.
Dijo justo a lo único a lo que no me puedo negar, acepté con la cabeza, me puse mis zapatos y saco, tomé mi maletín y bajamos 70 pisos en el elevador sin decir siquiera una sola palabra.
Salimos del edificio y nos dirigimos a la cafetería que estaba a media calle de ahí.
En la cafetería llegó el momento de pedir la orden.
- Yo quiero un café frío dulce, con crema batida y chispas de chocolate por favor- dijo ella.
- Yo un café negro sin azúcar - dije eso y decidí voltear hacia afuera.
Ella me miró con disgusto y sin verla sentía su mirada, ella en serio me pone nervioso así que decidí no verla a la cara.
Nos sentamos en una mesa que estaba afuera de la cafetería y ella sin rodeos dijo.
- ¿A quién, en su sano juicio le gusta el café sin azúcar? - dijo con una expresión de sorpresa y con la ceja arqueada.
- Al parecer a mí, no me gusta nada que contenga dulce - al decir eso pude notar que le molestó mi pregunta, a lo que proseguí diciendo - Al parecer no entendiste ese punto en la mañana, me diste un café dulce y creo que probablemente lo hiciste a propósito - Dije ahora viendola fijamente a los ojos.
- Acertaste, te lo dí a propósito. Me dijeron que llevas siete años pidiendo el mismo café así que decidí hacer algo diferente por tí, debes salir de la rutina, basta de hacer siempre lo mismo, solo estás dejando correr el tiempo y no vives tú vida- dijo casi regañandome.
Pensé, ¿Que no vivo mi vida?, Se supone que lo estoy haciendo, yo elegí vivir así y no pienso cambiarlo solo porque una loca me hace creer que no vivo mi vida como debería.
Aunque... ¿Y si es así?, Y si no estoy viviendo mi vida como debería hacerlo.
Todo estaba bastante bien hasta que llegó ella.
Me hace sentirme confundido.
Ella, simplemente me hace sentir algo y yo no sabía que fuera capaz de sentir algo...

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Hola, probablemente alguien llegó a leer mi historia "Enamórate de la gorda" ya no pude continuar con ella ya que perdí mi cuenta nuevamente, pero esta es mi cuenta ahora y desearía mucho que le dieran una nueva oportunidad a esta esta historia, si es que alguien llega a leerla.
Agradezco el apoyo que le dieron a mi historia anterior, espero que esta pueda tener el mismo apoyo algún día.

Solo recuerdo que dolíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora