┊✯до свиданья『•RusAme•』➽ Para MsWells

★•Ｐｌｅａｓｅ， Ｄｏｎ＇ｔ Ｔａｋｅ Ｍｙ Ｓｕｎｓｈｉｎｅ Ａｗａｙ•★

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Universo Alterno • No Happy Ending • BreakUp!Fic

Iván Brangisky (27) / Alfred F. Jones (22)

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¡Hola!

Muchas gracias por estar atentos a este fanfic, especialmente a:

W0W_APHCHIBIRUSIA, KawaiiLit637, velinnolin y MsWells .

Y espero sigan disfrutando de la lectura :3.

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D'Arc Pâtisserie es un local pequeño a diez minutos del puerto de Los Ángeles, California.

Famoso por su exquisita repostería y, también por emplear a problemático personal; ya sea por sus antecedentes penales, su falta de papeles o, simplemente, por su temperamento. Tal es el caso de Iván Brangisky, con quién Jeanne Bonnefoy —la copropietaria del establecimiento— experimenta cierta afinidad entorno a la discriminación por neurodivergencia.

Ella, por ejemplo, de niña fue apedreada infinidad de veces en Domrémy-la-Pucelle, su comuna natal de la cual la rubia no tardó en escapar. Y, en los siguientes años, la fémina vagabundeó por la antigua Galia hasta que su actual marido le proporcionó un cálido hogar; uno que trasladarían al bullicioso territorio americano a fin de poder adoptar a un par de adorables críos.

—Charlotte. — Jeanne suaviza su voz al dirigirse a su hija menor, de larga y semi-castaña trenza—. No te enfades con Iván; mejor ve a ayudar a papá, ¿está bien?

—¡P-pero...!— La semi-adolescente frunce sus encantadores labios y entorna la mirada, en dirección al alto hombre en la sección de decoración—. Él no está bien, ¡olvidó tomar sus pastillas!

—A veces, ocurre. — La mujer exhala e intenta no dirigir la atención a su empleado, quién parece estar avistando un móvil inexistente a cada minuto—. No somos nadie para juzgar, mon petit chou. — Deposita un prístino beso en la cabecita de su niña, aquella que gruñe y se dispone a abandonar la cocina para informar a papá de la situación.

Y Jeanne exhala, antes de encomendarse a su dios y avanzar en dirección al varón que fácilmente la dobla en estatura y fuerza.

—¿Cómo va el trabajo, Iván? — Pregunta con una agradable sonrisa, mientras toma nota de las pupilas dilatadas de su acompañante y lo agrietados que se encuentran sus labios—. Tus glaseados son tan detallistas. — Expresa la fémina, una vez que se ha fijado en los acabados que el soviético está llevando a cabo sobre una inefable tarta nupcial.

—No es mi mejor día. — Admite el varón, con lamentable expresión en su decaído rostro—. Y, tan sólo imito los glaseados de tu marido.

Sentencia el euroasiático con cierto pesar, porque Iván jamás imaginó terminar como ayudante en una pastelería. No cuando él se esforzó el doble que sus compañeros para finiquitar Ingeniería Petroquímica en un tiempo récord, a fin de amparar a las dos niñas a las cuales protegió de la profanación y males peores en el infernal orfanatorio.