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Universo Alterno • No Happy Ending • BreakUp!Fic
Iván Brangisky (27) / Alfred F. Jones (22)
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Muchas gracias por su apoyo.
Especialmente a Jaries_Aquiry, voevii, _iAm_chibirusia, KawaiiLit637, SkyBlue_206 y Frisk128937
Por cierto, este mini-fanfic está basado en mi primer seriado de la pareja: "Querida Anya", el cual todavía está disponible en ffnet, por si quieren spoilearse uvú.
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La entrada madrugada está apagada y ardiente, como la cólera del soviético; quién, tras horas de descanso y una —pútrida— Happy Meal, se encuentra más en sí. Más consciente de la soledad que le deshace el alma, pese a la incesante chachara de cierto rubio; quién actúa como si fuese cualquier otra madrugada en que hubiesen acordado desvelarse en pos de una maratón de Netflix.
—Dude. — Alfred F. Jones alza los brazos, demostrando así que las mangas del jersey ajeno le quedan grandes, extremadamente grandes—. ¡¿No lo tienes siquiera en 3XL?! (1)
—Sabes que no. — Espeta el otro hombre y, en la lengua le requema la estúpida conversación que habrían tenido acerca de la ropa, el tamaño y las vergas rusas si el sol de su mutuo afecto se mantuviese en el firmamento—. Quítate mi ropa, son of a bitch. — El más alto hace uso del estólido idioma que tanto detesta, a fin de darse a entender al sonriente cegatón de mierda.
—Entonces, iré desnudo al WalMart. — El menor irgue su mano derecha y encarama su pulgar, con el estúpido propósito de prestar más veracidad a su enunciación—. Estoy seguro que a Mindy, la simpática cajera o, a Kyle, el encargado de Congelados no les importará. — Ladea la cabeza y guiña un ojo, consiguiendo que Iván Brangisky bufe con denuedo.
No es que el euroasiático sea celoso.
Por supuesto que no.
Si bien, Al suele atraer personas bastante simplonas y vulgares—como él— y...y... ¡demonios! Entonces, aquél que adoptó como hermanas a dos compañeras del orfanato se obliga a mantener la calma, pero, su cuerpo se impulsa fuera del lecho y apresa al ajeno contra la pared, con las manos a cada lado del animoso rostro del asqueroso norteamericano.
—Me perteneces.
La declaración se halla colmada de albores de soberbia, de posesividad y, Jones ni siquiera se inmuta al respecto, con la mirada velada de simulada candidez. Una actitud que el blondo continúa fingiendo, mientras emula asistir al otro a tomar asiento debido a que el abrupto levantamiento exigió demasiado del precario equilibrio del ruso que bebió su peso en alcohol barato durante tres días seguidos.
—Eres un fucking desastre, commie. — El menor estipula lo obvio, regodeándose al respecto cómo sólo él sabe hacerlo—. Requieres de grandes cantidades de suero...¡un galón de Gatorade! (2) — Anuncia jubiloso, y ríe al obtener un fiero gruñido a modo de respuesta—. La veisalgia también requiere de un antinflamatorio suave como Tylenol o Panadol (3).
El bullicioso estudiante de Medicina acomoda el armazón de sus gafas con los anulares mientras imita el acento británico de su tutor en la universidad.
—N-necesito que...— El ruso oprime la mandíbula, en vano intento de evadir el padecimiento que se desgrana por toda su corporeidad—. Necesito que te calles, Jones.
El mencionado ríe y lleva a cabo el amago de sellar su boca con ambas manos, en ridícula pantomima que hace gracia a aquél cuya visión periférica inicia a oscurecerse, acusando la llegada de una terrible migraña. En consecuencia, obtura los párpados y permite que el suave tacto ajeno ahuyente la sombra nefasta de la neuralgia; un mal bastante común en el euroasiático —con o sin alcohol de por medio—.
Un parpadeo, la habitación es borrosa y las paredes transfiguran en cascadas; porque Iván se encuentra en la ducha, tomando sus pastillas y, después, en el peor lugar del mundo: WalMart.
—¡Eo! ¡Tierra al nieto perdido de Rasputín! — Alfred lleva a cabo enervantes aspavientos próximos al rostro del desconcertado grandulón—. ¿Me escuchas? ¿Me ves? ¿Me sientes? — Presiona ambas manos sobre el pecho ajeno, en inexistente contacto—. C'mon, Iván! Me estás empezando a asustar. — Proclama, con la mirada colmada de zozobra.
E Iván reacciona ante tal gesto, se aparta de su irritante acompañante.
Después, aprehende una botella de agua, rompiendo su sello y bebiéndosela en un par de tragos.
—Al estilo americano, eh. — Jones guiña un ojo, luciendo aún más estúpido de lo que se ve con su absurda camiseta en honor al estreno de WandaVision—. Todavía recuerdo nuestra primera cita, también fue en un WalMart a las tres de la mañana porque era el único lugar abierto a siete millas del aeropuerto. — Exhala como lo haría un absurdo personaje de televisión e Iván lo detesta un poco más.
—Cá-lla-te. — Exige el mayor, quién lentamente va volviendo en sí y no tarda en percatarse de lo irracional que es encontrarse al alba con su ex-prometido en una estúpida tienda departamental—. Nuestra relación está muerta, como tú deberías estarlo. — Musita y comprime el contenedor vacío en su mano izquierda, porque la otra está ocupada en llevar a cabo una obscena seña a su interlocutor.
—Tú eres el que no me deja ir, Vanya. — El americano posiciona ambas manos en su cadera, ladea la cabeza como si fuese un vaquero del antiguo oeste y aguarda por palabras que jamás serán pronunciadas—. Cool. — Exhala y se rinde, dando la media vuelta como un ofuscado crío y tarda un par de segundos en marcharse.
Y aquél cuya máxima aspiración es disponer de una extensa y afectuosa familia no puede evitar seguir al amor de su vida con la mirada, odiándolo aún más a cada paso.
Después de todo, las remembranzas de su primera cita saturan su mente; sus sentidos que todavía pueden evocar el nerviosismo de antaño, el primer beso en el pasillo de juguetes de a dólar y, otras memeces que laceran el espíritu que en antaño fue dichoso por haber dado un salto de fe al respecto de cruzar un océano a fin de conocer a un anodino muchachito.
Un nimio varón que fue significando infinitivamente.
—¿Es-está bien? — Kyle, el encarado de Congelados reúne todo el valor que tendrá en su vida y en las siguientes reencarnaciones a fin de dirigirle la palabra a su tempestuoso cliente habitual—. E-escuché lo que ocurrió con tu novio y...— El jovencito apisona los labios, dado que el soviético lo ignora con tozudez y se aleja, murmurando para sí mismo.
Maldiciendo al imbécil de Jones hasta quedarse sin aliento.
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(1) En Estados Unidos las tallas son bastante grandes, con decirles que cuando era XL en México, allá en EUA podía usar una M sin dificultad.
(2) No es recomendable beber Gatorade durante una resaca, dado que es una bebida saturada de azúcar y no de electrolitos útiles.
(3) El paracetamol salva vidas durante la cruda; si bien, no es un remedio infalible.
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【Ｍｅ ｐｅｒｔｅｎｅｃｅｓ】
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┊✯до свиданья『•RusAme•』➽ Para MsWells
Fanfic⊹ · ✧ Alfred. F Jones no sólo rompe la relación con Iván Brangisky, también lo quiebra a él y a su escasa cordura. En consecuencia, los fantasmas del romance que fue se verán obligados a convivir hasta que el soviético consiga lidiar con la pérdida...
