Capitulo 39

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Capítulo 39

Nick

Camino por toda mi casa mientras cargo a mi hijo de 8 meses en brazos, desde el momento que el llego a la vida no me había separado ni un minuto de él, me había alejado de las carreras y hoy en la noche seria mi despedida de las pistas, tenía que alejarme de lo que más amaba en este mundo.

Pero lo hago por mi hijo quien necesitara a un padre presente, ya que su madre no quiso saber nada mas de el desde que lo tuvo, ella simplemente desapareció. Creía que el verlo la haría cambiar de opinión, pero estaba completamente equivocado.

-Pa...pa -mi hijo balbucea

-A dormir pequeño -digo preparando su leche.

Lo dejo en la cuna mientras le doy su biberón y pongo la música relajante para salir de su habitación cuando lo veo cerrar de apoco sus ojos, camino a la sala en donde se encontraba mi abogado.

-Sabes que debes tener un respaldo -dice y yo asiento- Los tienes en mente.

-He contratado una chica que me ayudara con Nathan -digo mientras sonrió- Y ya he firmado los papeles que me diste.

-Entonces tenemos todo listo -dice el levantándose- ¿Cuándo me necesites me llamas?

-No tengas duda de eso -le digo y el sale de mi departamento.

Tener un abogado bueno de mi lado había hecho que los papeles del tutor legal completan de mi hijo, al igual que tenía a los tutores que se encargarían de el ante cualquier emergencia, voy a su cuerpo y veo su pequeño cuerpo en el cunero.

Suena la puerta y salgo de la habitación de mi pequeño dirigiéndome hacia ella abriéndola, dejándome ver a la chica que contrate para esta noche, ella me saluda cordialmente y yo me hago a un lado para que ella pudiera entrar.

Le doy las indicaciones necesarias entes de salir de mi casa subiéndome a la moto arrancando a toda velocidad mientras el viento chocaba con mi casco, una vez en el barrio todos comienzan a saludarme cuando paso a su lado, me acerco al grupo de Harry quien me reciben con los brazos abiertos.

- ¿Estas preparado? -pregunta mi amigo poniéndose a mi lado- ¿seguro que quieres dejar todo esto?

-Si -aseguro- Esta será la última carrera, debo de cuidar de un pequeño.

-Te has vuelto toda una madre -Max ríe mientras su novia lo golpea en la cabeza.

-Cuando tengas tu propio hijo lo entenderás -digo encogiéndome de hombros- Aunque dudo mucho que llegues a entender ese grado de responsabilidad.

Todos los presenten comienzan a reírse cuando Max se enoja.

-Tu empezaste -mateo llega a nuestro lado- Hay cosas más importantes que las carreras.

-Estoy de acuerdo -samantha apoya- No podemos dedicarnos toda la vida a esto, o creen que seremos un gran ejemplo para nuestras familias, no porque solamente tenemos dos maneras de salir de aquí.

- ¿Cuáles son esas? -su hermana Karime pregunta.

-En una camilla en el hospital -ella se encoge de hombros- o en un ataúd en el cementerio.

Ella tenía razón, me pongo en posición mientras mis amigos desde lo lejos me apoyaban y veo como todos comienzan a ponerse a mi lado mientras la chica se pone delante de nosotros haciendo que ambas pañoletas caigan al suelo y nosotros aceleramos a toda velocidad dejando el gentío atrás.

Acelero todo lo que mi moto me da mientras cruzo cada curva que había en el camino, subo y bajo las pequeñas montañas que estaban situadas en partes del camino dejando a varios de mis compañeros atrás. El piso estaba húmedo debido a las últimas lluvias que cayeron hace un par de horas atrás, haciendo que algunas motos se deslizaran haciendo caer a sus conductores.

El Peligro Del Amor (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora