Rivales?

Capítulo 4

Ya por fin estando listas y despampanantes, nos dirigimos a la madriguera decorada, la cual, se parecía a una de esas películas de serpientes a bordo, la diferencia es que en vez de serpientes son mujeres fáciles, pero viéndolo de otro punto de vista es casi que lo mismo.

— ¿Lista para entrar?

Asentí sin quitar la mirada del lugar o mejor dicho del nido. Los nervios eran inevitables ya que no estoy muy acostumbrada a estos eventos “sociales” ¿Cómo se supone que deba sentirme? si las únicas fiestas en las que he asistido siempre han sido familiares, en fin, volviendo a la realidad me dije a mi misma “vine a divertirme” así que da igual.

Cada vez llegaban más y más personas al nido-de-serpientes y aun así la lujosa casa no se llenaba por completo, la música estaba a todo dar, muchos bailaban, compartían “amistosamente” un rato en algún lugar más alejado… ¡Dios!, no sabía que eso se podía hacer con la lengua, ¡iiiuuu! ¿Lamerle la cara? si, mi mente me la jugó una vez más ¿recuerdan que dije que esto era como un nido de serpientes? solo imagínenlo, mujeres con lengua bífidas como las serpientes, ojos de igual forma y trepando sobre los chicos como si fueran meras ramas o las presas que hay que estrangular ¿seguro que éste era el lugar correcto? porque si no es así saldría corriendo enseguida, y como mi imaginación me la jugó, no pude sentir cierto escalofrío.

Elin me dio codazos señalando la pista de baile. La música prometía buen sonido así que me animé ¿Qué cosa mala podría pasar? total estaba con mi amiga y solo entraríamos a la pista de baile y no solo lo hice porque la música me gustaba, era más que todo para distraer mi mente, así no me enfocaba en toda éstas… personas siendo “victimas” volviendo al tema, no soportaba ver como los chicos caían bajo los influjos tontos de las mujeres-serpientes.

Una vez en la pista nos dejamos envolver por la música. Mientras nos la gozábamos bailando y riéndonos de una que otra tontería no pudimos evitar escanear a todos los invitados ¡ja! invitados, como sea, Elin y yo no pudimos evitar percatarnos de cómo el alcohol les alborotaba las testosteronas y sus cerebros, aunque puedo admitir que nunca superare al desquiciado que se lanzó en toga por las escaleras montando según un “león” y solo era una colchoneta que ni idea de donde la habrán sacado, todo para terminar matándose en el intento. Todos hicimos muecas de dolor por la estrepitosa caída -eso debió doler- señaló Elin ¿y yo? ¿Qué podía hacer? sostenerme la barriga de tanto reír.

— ¡Vamos a por unas bebidas! —instó Elin señalando sobre su hombro con el pulgar y yo asentí.

La seguí hasta llegar a una mesa, teníamos que gritar para poder escuchar, con todo éste bullicio era imposible hablar en un tono normal de seguro que mañana amanezco afónica.

Mientras bebíamos y comíamos algunos aperitivos. Evanghelin me dio un codazo que casi me saca el pulmón ¿no me creen? fue tan duro el codazo que tuve que devolver el sorbo de cerveza que había tomado al vaso. La fulmine con la mirada pero solo fui ignorada. Sus ojos estaban fijos en un solo lugar. Seguí el curso de su mirada y comprendí todo, Dorante estaba cerca con Damián y el chinito, hm… puedo admitir que los tres se veían muy, pero muy bien, llamaban bastante la atención de muchas personas, incluida la Boa, verlos a los tres juntos era como ver la entrada de los chicos populares del típico instituto en una fiesta, todo se pone en cámara lenta y se te olvida hasta el mundo donde estás, pero ese síntoma fue más por el chico que me gusta… ustedes saben de quien hablo.

—Alexia está acechando.

Volteando a ver de dónde provenía el peligro nos quedamos observando como la desenfrenada aquella se acercaba con su meneo exagerado de caderas ¿Cómo le hará para que el vestido no se le suba? Ni si quiera le llegaba a la mitad del muslo ¿será que al menos usa ropa interior? hm… siendo ella… lo dudo, necesita estar lo suficientemente despejada por si alguna victima cae en sus redes.