Antes de nada, me gustaría avisaros de que este capítulo será bastante más largo de lo habitual, por ende espero que os guste a tod@s y como siempre, ¡¡gracias por leerme!!
Narra Bell
Cara a cara. Él contra mí. Si fracasaba en ese combate, si perdía esa pelea, significaría ceder las vidas de mis compañeros al azar, un destino que no podía permitirme. Si bien el motivo por el que luchaba era para mí, una razón de peso fundamental para no rendirme, las vidas de mis seres queridos lo eran para ganar.
- Hoy no moriré - susurré mientras apuntaba al minotauro con la punta de mis cuchillos - porque tengo algo importante que proteger
La bestia me respondió mediante un gruñido que interpreté como quise, cerré los ojos y esbocé una sonrisa.
- "No lo había pensado pero... Hoy por fin podré devolverle a Aiz el favor de aquella vez" - pensé mientras dirigía una ojeada rápida hacia su cuerpo
Luego de eso volví a mirar hacia mi oponente, frente a mí se elevaba un minotauro tres veces más grande de lo habitual y con la particularidad de cuatro brazos en lugar de dos, como era habitual en los monstruos de su especie. Cerré los ojos y suspiré lenta y profundamente, al abrirlos de nuevo, en mis ojos solo quedaba determinación, una determinación motivada con un único fin: asesinar al minotauro.
Cerré los ojos mientras las gotas de sudor descendían por mi nuca y mejillas, empapando mi rostro y cabello. Me giré ligeramente hacia un lado y me incliné un poco hacia delante, al abrir de nuevo los ojos lo tuve todo claro. De una zancada me lancé contra el monstruo y traté de incrustar la hoja de mi cuchillo en el brazo de este, sin embargo me sorprendió girando repentinamente hacia un lado, esquivando sin esfuerzo mi rapidez. Mientras pasaba a su lado giré la cabeza hacia él justo a tiempo de ver como subía los brazos y entrelazaba sus dos manos, sin perder ni un solo segundo derrapé en el suelo para frenar y salté hacia atrás, evitando por completo que la fuerza de sus puños redujese mis huesos a polvo. Al ver el enorme agujero que había provocado en el piso perdí el color del rostro y se me formó un nudo en la garganta.
- Si no llego a esquivarlo, yo... - pensé de manera inconsciente
El minotauro no desaprovechó su ataque y trató de ensartarme con los cuernos para luego estamparme contra la pared que había a mi espaldas, sin embargo me aproveché de tener esa ventaja y de un salto sobre esta me situé detrás del monstruo a tiempo de ver como su cabeza impactaba contra el enorme muro de roca. Al caer contra el suelo, me apoyé con la mano para frenar la potencia del salto y detenerme, pero el minotauro no planeaba dejarme descansar ni un segundo, por lo que giró en redondo y me lanzó un puñetazo que logré encajar y suavizar levemente protegiéndome con ambos brazos. Su fuerza era tal que me hizo retroceder unos cuantos metros mientras en el suelo se formaba un largo surco que mis pies dejaban a medida que yo retrocedía hacia atrás. Separé los brazos para poder ver lo que tenía delante, pero ya era tarde para preparar cualquier tipo de estrategia, el minotauro corría a gran velocidad hacia mí y me golpeó de manera violenta y salvaje en el estómago llevándome consigo por delante y robándome un potente aullido de dolor.
A medida que corría sin detenerse, el minotauro giraba constantemente el cuello hacia los lados, golpeándome así contra aquello que pillaba por delante. Planeaba dejarme fuerza de juego antes siquiera de haber conseguido encajar un mísero golpe.
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Danmachi: Una Leyenda Oratoria
FanfictionLas campanadas retumban en los cielos de Orario. Una figura blanca camina hacia un frente sumido en la oscuridad. Bell Cranel es la última baza de la luz sobre las tinieblas. En conmemoración a Danmachi