Danmachi: Una Leyenda Oratoria

Capítulo 6 - El Argonauta

Los ojos de Lili comenzaron a temblar mientras, poco a poco, se iba formando una capa cristalina sobre estos que posteriormente acabaría por romperse dejando paso a las lágrimas. La expresión en su rostro magullado era una mezcla de tristeza, esperanza y, sobre todo, de alegría, frente a ella se alzaba la figura de alguien que pese a las adversidades, pese a la diferencia abismal entre su fuerza y la del enemigo, nunca encontraba un motivo para rendirse, frente a sus ojos se hallaba la figura de Bell Cranel.  

- Mientras yo siga con vida - anunció Bell mientras cerraba los ojos y agachaba ligeramente la cabeza - no permitiré que ningún miembro de mi familia muera

- Bell... - susurró Lili con un hilo de voz mientras las lágrimas bañaban su rostro - has tardado, idiota...

El aventurero abrió los ojos y miró hacia su compañera con una sonrisa dulce.

- Lo siento, Lili - se disculpó este mientras cambiaba su sonrisa por una mirada desafiante hacia su rival - Mikoto, Welf y...

Bell miró de reojo hacia la pared que había tras el monstruo y notó como se le formaba un nudo en la garganta mientras las palabras luchaban por salir de su boca - Aiz... - a su alrededor se formó una especie de aura blanca y comenzó a escucharse el tintineo de unas campanadas  - dejádmelo a mí

El minotauro gruñó mientras apretaba con fuerza el mango de su hacha y apretaba sus dientes con fuerza, pese a no poder hablar, parecía comprender a la perfección lo que Bell estaba diciendo en todo momento, al darse cuenta de ello, Lili abrió los ojos del todo impactada. 

- Espera Bell, él es un... - no era capaz de decirlo en voz alta, las palabras no salían de su garganta 

Bell no parecía haberla escuchado, por lo que Lili prefirió dejarlo para otro momento, en ese instante, Bell solo necesitaba tener todos sus sentidos puestos en el combate, no podía permitirse ningún tipo de distracción. De pronto, el color del iris del aventurero tornó en un color plateado mientras el aura que había a su alrededor se hacía más y más intensa. El aventurero fijó su mirada en el rostro de su rival y comenzó a caminar hacia él lenta pero firmemente, en esos momentos, lo único que se pasaba por su mente era para lo que lo había invocado, para lo único por lo que empuñaba sus cuchillos en ese momento, para derrotar a un adversario formidable.

- No sé que tipo de minotauro eres, que has podido incluso con Wallenstein - Bell cerró los ojos y apretó con fuerza el mango de sus cuchillos - sin embargo...

Tanto Lili como el minotauro se quedaron impactados ante lo que estaban presenciando, de pronto habían comenzado a surgir pequeños rayos o destellos en el interior del aura de Bell y la presión del aire se había enturbiado notablemente.

- ¿Qué está pasando...? - balbuceó Lili en voz baja - ¿ese tremendo poder es... Bell?

- ¡NO PIENSO DEJAR QUE ME SUPERES! - rugió el aventurero mientras se lanzaba al ataque contra el minotauro - ¡FIREVOLT!

Tras pronunciar la magia, el cuchillo de Hestia comenzó a arder mientras las llamas se arremolinaban a su alrededor. Con una velocidad impresionante, Bell giró su brazo para rajar al minotauro, sin embargo, este lo predijo a tiempo y empleó la hoja de su hacha para protegerse del ataque y, así mismo y de manera casi impredecible, respondió al ataque de Bell retirando rápidamente el hacha y lanzando un potente puñetazo que el aventurero fue capaz de prevenir y de manera perspicaz emplear ambos cuchillos para evitar un golpe directo contra él. La fuerza del ataque lanzó a Bell hacia atrás y, sin esperar a un contraataque de este, el minotauro se lanzó de cabeza al ataque con el puño en alto. Su velocidad era impresionante, en cuestión de pocos segundos alcanzó a Bell y trató de lanzarlo de manera directa contra unos escombros, sin embargo el héroe giró en el aire situándose sobre su brazo y, de manera inesperada, le asestó una fuerte patada en la mandíbula que lo hizo tambalearse. Sin perder ni un segundo, Bell pegó un salto con voltereta hacia atrás y se alejó de su enemigo, reculando la mayor distancia que le fuera capaz.