evil adventures. [satzu]

sorpresa

Chaeyoung corrió hacia la puerta cuando escucho como esta era golpeada varias veces, la abrió algo confundida pues normalmente no recibían muchas visitas sin previo aviso pero pronto bajo la guardia cuando supo de quien se trataba.

— Momo, Jeongyeon, pasen, que gustó verlas por aquí —la menor las recibió con una sonrisa de lado.

Ambas se adentraron al cálido hogar con grandes sonrisas.

— Que gusto verte a ti. —Jeongyeon la abrazo con fuerza, queriéndole decir con esa acción las palabras que no quería pronunciar en voz alta, sabía que eran lo que Chaeyoung menos necesitaba en esos momentos. Algo que la menor realmente aprecio, la herida era reciente y apenas se estaba recuperando.

— Iré  a buscar a Tzuyu y Sana, siéntense...

La rubia camino por el pasillo hasta que desapareció de sus vistas, la pareja tomo asiento en el sofá y se miraron entre sí mientras unían sus manos y se acurrucaban la una contra la otra.

— ¿Estás emocionada? —pregunto Momo dándole un apretón en la mano a la mortal.

— ¡Por supuesto! —contesto Jeongyeon con las mejillas ligeramente rojizas— También estoy nerviosa, tenemos que decirle esto a mis padres...

Momo abrió sus ojos grandemente, decirle a su familia sobre Jeongyeon fue sencillo, pero la familia de Jeongyeon era realmente un reto, callados y reservados, la mayoría del tiempo sentía que no era bienvenida, pero Jeongyeon siempre se encargaba de decirle lo contrario. La mortal comenzó a reír por la cara de espanto de su novia. Nadie pensaría que era descendiente de demonios al verla actuar como un cachorro espantado ante la mención de su familia.

— ¡Unnie!

Sana y Tzuyu aparecieron en el lugar saludándolas con emoción.

— ¿Qué hacen por acá? Siempre avisan cuando vienen de visita...

— Lo sentimos, fue algo repentino... Tuvimos una cita en un lugar cerca y quisimos pasar... —Jeongyeon empezó.

Momo le sonrió a Jeongyeon, Tzuyu pudo notar un brillo diferente en sus miradas, la manera y el cariño que transmitían le hizo pensar que había algo detrás de todo eso. Luego Jeongyeon asintió, como si le estuviera dando autorización a Momo para continuar.

— También queremos contarles algo...

— ¿Qué cosa? —Sana pareció ajena a lo que acababa de pasar.

Luego Momo alzó la mano de Jeongyeon, dejando a relucir la hermosa sortija puesta en su dedo anular.

— ¿¡Qué!? —Sana salto del sofá abrazando a su hermana mayor.

— ¡Me casaré con Yoo Jeongyeon, hermanita, pronto seré su esposa!