última noche

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Tzuyu y Sana estaban dormidas sobre la alfombra de la sala, Chaeyoung sonrió con ternura mientras lanzaba una manta extra sobre la pareja tendida en el suelo, habían decidido hacer un maraton de películas ya que era algo que casi no hacían por sus exigentes trabajos.

— Chae, ¿podemos hablar? —cuestionó Rosé dándole un pequeño apretón en el hombro a la mortal que rápidamente le sonrió.

— Por supuesto, linda...

Sin decir una palabra, la pareja subió a la terraza, la brisa fresca golpeó contra el rostro de la mortal que sonrió de manera nostálgica

— ¿Qué ocurre? —preguntó con suavidad apoyándose en el barandal.

— Chaeyoung —Rosé se acercó llamando a su novia de una manera tierna pero triste, y entrelazo sus manos— es tiempo de irme...

Las palabras hicieron que la chica se quedara helada, no podía creer que era la segunda vez que escuchaba aquello y de la misma persona, se había acostumbrado a tenerla, no creía que todo podría volver a terminar.

— ¿Estás segura, en verdad debes irte? —sus ojos brillaron inmediatamente a causa de las lágrimas que se acumularon ahí, no quería parecer tan débil, pero tampoco quería dejarla ir.

La chica suspiró, pero aún así se las arreglo para tomar las delgadas manos de su novia y tomarlas entre las suyas. Las manos de Chaeyoung eran suaves y cálidas, calientitas. Contrarias a las suyas, que eran ásperas y frías. Sin vida. Rosé estaba cansada de seguir aferrada a la vida cuando no podía volver, y tampoco podía arruinar la vida de quien algún día fue su novia.

— Estando aquí solo soy una piedra en tu camino para que continúes con tu vida...

Dijo de la manera más sutil que pudo.

— No digas eso... eres el amor de mi vida, Rosé...

— También fuiste el amor de mi vida Chaeyoung, —acarició su mejilla— pero no tienes porque hacerte esto, debes seguir sin mi...

La chica negó sintiendo sus lágrimas caer por sus mejillas negándose a la idea de que pudiera existir alguien mejor que su novia.

— Tienes toda una vida por delante Chaeyoung, tienes la oportunidad de conocer a todas las personas que quieras y de hacer tu vida con alguien más una y otra vez... Y yo, debo descansar en paz.

La coreana suspiro entendiendo sus palabras después de todo.

Su novia ya había sufrido por años gracias al cáncer y al dolor de tener que dejar a la chica de su sueños, lo que menos podía hacer por ella era cumplir con la promesa que le hizo a la chica unas semanas antes de que partiera a otro plano en la existencia.

— Esta bien —sorbio la nariz y trato de mostrarle una sonrisa sincera a la chica— esta bien...

Rosé sonrió de lado, se acercó y rodeo con sus brazos su cuerpo, suspirando ante la sensación del cálido cuerpo de su novia contra el suyo. Luego sujeto sus mejillas y beso su frente, seguido de otro beso, ahora en sus encantadores mofletes que extrañaría tanto sentir.

— Te amo, gracias por entender... —le dijo limpiando una de las lágrimas que se deslizaba por su mejilla.

— También te amo...

Lentamente se separó y Chaeyoung comprendió que esa seria la última vez que la vería.

— Adiós Son Chaeyoung... —le regalo su última sonrisa.

La figura de Rosé fue poco a poco desapareciendo convirtiéndose en una brisa de aire brillante la cual la chica siguió con la mirada hasta que esta se desvaneció.

— Adiós Park Chaeyoung...

evil adventures. [satzu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora