Diez

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Miraba con impaciencia su reloj de pulsera, Naruto llevaba más de una hora dentro de la oficina de Kakashi y esa situación comenzaba a inquietarlo, recién había tomado asiento después de estar caminando por el edificio, recorriendo cada sección del lugar, memorizando habitaciones, cámaras, cualquier cosa que le fuera útil más adelante.

No descartó la idea de que los cuestionamientos hacia el chico se basaran en su mayoría a la relación que ambos llevaban. No, aquello era ciertamente predecible, no obstante, le molestaba el hecho de que el tiempo dedicado a Naruto se ampliara de manera significativa, en comparación a la hora que permaneció allí adentro.

Se levantó de la silla, no soportaba mas, le importaba un carajo si era “inapropiado” maleducado o simplemente su comportamiento no se adaptaba al status de Kakashi, iba a entrar a esa oficina y sacar a Naruto, no desperdiciaría más tiempo ahí.

Estaba a punto de llegar a la puerta cuando esta se abrió, Naruto salió esbozando una sublime sonrisa, aunque su semblante reflejaba claramente nerviosismo, aquello terminó por desconcertarlo más.

-Vámonos- se limitó a emprender la caminata sin formularle ninguna pregunta a Naruto, de lo contrario levantaría sospechas. El rubio bajó la mirada al suelo y se encaminó a la salida, inseguro sobre la decisión que había tomado.

Salieron del edificio. Sasuke se

mantenía en completo silencio, pensando acerca de las probabilidades que lo implicarían en un delito mayor en caso de ser descubierto, eran demasiados detalles que no debía dejar pasar, tenía que asegurarse de mantenerse indemne ante las acusaciones de Kakashi, las cuales, hasta el momento, solo constaban de un recibo y un agravio menor hacia un vago, nada grave, nada factible.

Se detuvo frente a un establecimiento de alimentos y bebidas, el rubio le imitó, aún en silencio.

Sasuke se dispuso a ingresar, seguido del chico. Se aproximó a los frigoríficos del fondo, tomó una lata de café frio y una botella de agua, era todo lo que necesitaba, Naruto lo miró en silencio.

-Toma lo que quieras- profirió apático, se dio la vuelta para sentarse en una de las sillas dentro de la tienda.

Naruto asintió en ademan, observó con desinterés las bebidas. Después de aquella conversación con Kakashi había perdido por completo el apetito, pero tampoco quería que Sasuke se molestara con él por ello.

Se decidió por una botella de jugo y se dirigió a la mesa donde se encontraba Sasuke, el hecho de que este permaneciera en silencio, sin siquiera preguntarle respecto al interrogatorio, comenzaba a inquietarlo.

Se sentó junto al Uchiha, quien lo observaba con sumo detalle. Naruto empezaba a sentir los nervios desatarse en su interior, tenía que dejar de atormentarse con situaciones que ni siquiera se habían llevado a cabo, abrió la botella de jugo y bebió un poco, apenas un sorbo para disipar sus divagaciones.

Sasuke no dejaba de observarlo, notó como una gota de jugo descendía por la comisura del labio de Naruto, sin decir nada se acercó al rostro del menor, quedando a escasos centímetros de distancia.

-¿S-Sasuke?- Naruto se estremeció cuando el aludido lamió la comisura de su labio. El aludido se puso de pie y sujetó al menor del brazo, obligándole a levantarse también, Naruto le siguió forzosamente hasta lo que parecía ser el cuarto de aseo de la tienda.

Sasuke abrió con rapidez la puerta, empujó a Naruto dentro y acto seguido entró, cerrando la puerta tras de sí.

El cuarto era pequeño, apenas iluminado por una bombilla, algunas escobas y otros utensilios estaban acomodados al fondo, Naruto observó confundido el lugar.

Sin mi, no eres nada. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora