Era una preciosa mañana en la ciudad de Los Ángeles. El sol calentaba sin llegar a resultar molesto, los pájaros cantaban con la suave brisa que provenía de las playas. Si respirabas con fuerza podías saborear la ciudad donde los sueños se hacen realidad. Sin duda alguna ese habría sido posiblemente el mejor y más tranquilo de los días para los ciudadanos de L.A. a excepción de nosotras dos.
-Mueve el culo Alex o llegaremos tarde el primer día de clase.
Ninguna de las dos fue capaz de programar ninguna alarma para despertarnos y como consecuencia una serie de catastróficas desdichas nos habían comenzado a suceder a modo de buenos días. Cuando a las nueve la luz que entraba por la venta sin cortinas de mi habitación hacia imposible el poder dormir he cogido el móvil y casi sufro una parada cardiaca al ver la hora. Por si eso no fuera suficiente no había café en casa y el Starbucks estaba atestado de hipsters, pero Clara no iba a comenzar su primer día sin un café bien cargado. Y quince minutos después, tras haber peleado con un par de modernos con dilataciones y gorras florares, aquí estábamos, intentando desesperadamente no perder el autobús.
-Voy todo lo rápido que mis patas me permiten, Clara. Por si no te has dado cuenta correr con una mochila es algo verdaderamente difícil, por no mencionar lo ridícula que me siento.
El bolso me golpeaba sobre la cadera mientras mis pulmones filtraban el aire a grandes bocanadas. Un fuerte dolor empezó a brotar en mi abdomen. Flato, lo que faltaba. Estaba en tan baja forma que hasta una adorable abuelita con ochenta años y una prótesis de cadera me vencería en una maratón.
-Clara... sigue tú. -Jadeo.- Sacrificio humano.
-Y una mierda. Si tu fallas, yo fallare y juro por mis santos ovarios que hoy llegamos a nuestro primer día. -Su cara se paraliza por unos segundos antes de volver a hablar. -¡Corre coño!
Me permito mirar un momento detrás de mi para ver un reflejo naranja doblar la esquina. En apenas una fracción de segundo mis piernas comenzarón a moverse haciendo caso omiso al creciente dolor del abdomen.
El autobús llego a la parada al mismo tiempo que nosotras. Entramos con decisión y nos dejamos caer sobre unos asientos al fondo. Cuando mi culo se posó en el asiento mis piernas comenzaron a arder. Definitivamente tendría que empezar una rutina de ejercicio o no llegaría con salud suficiente a los cincuenta.
-¿Lo ves? Lo conseguimos. -Se retira unos cuantos mechones sudados de la cara, aun le costaba respirar. -No ha sido para tanto.
-¿Qué no a qué? -Mi cara de asombro vendría a ser la cara de El grito de Munch. -Clara, cariño mio, creo que me van a tener que amputar las piernas. ¡No las siento!
-Como te gusta exagerar. Además, tampoco vamos tan mal de tiempo. Y arréglate un poco el pelo, parece como si acabaras de salir de un tubo de aire.
En una media hora conseguimos llegar a la escuela de artes. Nada más ver el exterior te indicaba que no era una universidad como el resto. Las fachadas del edificio estaban llenas de colores vivos, en un lado se podía ver una sopa de letras en la que podías leer Escuela de Artes de todas las maneras posibles y los jardines próximos a la entrada estaban atestados de punks, hipsters, vanguardistas y hippis. Lo que mi madre habría catalogado como reunión de perro-flautas.
-Hogar dulce hogar.
-Alex, esto tiene demasiado color para ser tu hogar. -Echa un rápido vistazo al entorno y comienza a andar obligándome a seguirla. -Y demasiado poco sentido de la moda para ser el mio. ¿Pero tu has visto a esa? ¿Como se le ocurre combinar unos pantalones bohemios con esa chaqueta de panda?
-Clara Robinson, destrozando sueños desde 1996.
El vestíbulo estaba atestado de gente riendo y pasando de un lado para otro. Se podía respirar la felicidad del primer día, donde te reencuentras con viejos compañeros y gritas al ver que vas a la misma clase que tus amigas. Una felicidad que solo dura ese día. Por el revuelo que había claramente aun no habían empezado las presentaciones de las clases. Después de todo no habíamos llegado tarde.
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La Chica Del Pelo Azul [Demi Lovato ]
FanfictionAlex Levine es una joven estudiante de fotografía con ciertos problemas. Se muda junto a su compañera de piso e inseparable amiga, Clara Robinson, a Los Ángeles para empezar a hacer realidad sus sueños. En su camino se topa con la chica del pelo a...