DOS

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-Hola, me-me llamó Demi.

Demi, bonito nombre pensé, su voz era como una calurosa tarde de verano bajo la sombra de un gran árbol, el nerviosismo de su sonrisa no estaba reflejado en sus palabras y, aun así, tenía algo que la hacía sonar divertida y amigable.

Me quedé allí, apoyada sobre el marco de la puerta, observando cada centímetro y cada detalle de su rostro. Sentí que podría perder mis horas delante de ella sin importarme nada más, podría intentar describir a aquella mujer que se encontraba frente a mí pero mucho me temo que no hay palabras para ello, ella es simplemente...

-Fantabulosa.

-¿Perdona? -Sus pequeños ojos marrones me miraron con duda, sin perder su brillo divertido, mientras mi cerebro buscaba una forma de salir de aquella incómoda situación. Me fijo en su ropa, no llevaba la camiseta negra de antes pero si los pantalones que estaban mojando el bajo de la nueva camiseta, haciendo que el lila se volviera más intenso en aquella zona.

-Nebulosa.

-¿Qué?

-En tu camiseta. La nebulosa. Me gustan las nebulosas. -Bravo, cerebro, bravo.

-Oh, esto... gracias. -Dice sonriendo tontamente bajando la cabeza.

Sus mejillas se tornaron rosadas mientras que las mías tendrían que estar como el culo de un macaco, en fin, de donde no hay no se puede sacar. A penas llevamos aquí una hora y esta chica está haciendo que sea más idiota de lo normal. Alex, ¿pero qué narices te está pasando?

-Perdóname, ha sido un largo viaje. -Suspiro dejándome caer más aun sobre el marco de la puerta. -Sigo asimilando cosas, no me lo tengas en cuenta.

-No, tranquila, igual tendría que haber esperado a mañana para esto y dejar que os instalarais. -Se muerde el labio mirando al suelo. Suelta una pequeña risa antes de volver a hablar. -Esto es un poco locura pero, bueno, he... he hecho unos cupcakes de bienvenida, espero que os guste la vainilla.

Sus ojos oscuros me miran con un deje de esperanza mientras me ofrece la bandeja, después de haber pasado cinco segundos embrujada por aquellos ojos del color de la Coca-Cola consigo volver a reaccionar. Me adelanto un poco separándome del marco de la puerta, nuestras manos se rozaron cuando sujete la bandeja. Apenas fueron unos segundos lo que estuvieron en contacto pero fue el tiempo suficiente para sentir como algo, extraño pero al mismo tiempo reconfortante, recorría mi cuerpo. Notaba mi pulso acelerarse.

-E-Esto... wow, gracias, tienen una pinta deliciosa. Estoy segura de que a una que conozco le van a encantar. -Le guiñé un ojo y ella me respondió con una sonrisa mientras se balanceaba sobre sus talones.

Hubo unos segundos de silencio que por extraño que parezca no fueron incomodos sino más bien agradables, como si las palabras no fueran necesarias entre nosotras, como si con una simple mirada fuese suficiente.

-Mierda. -Dije cerrando los ojos y llevándome una mano a la cara en un momento de iluminación. -Aun no me he presentado, soy... -Un mal presentimiento recorrió mi espalda.

-¡Alex mueve tu culo! -Exclamó Clara mientras me echaba hacia un lado para poder pasar con un montón de cajas de cartón. Demi se quedó un tanto descolocada, casi tanto como yo.

-Bien, pues ya conoces mi nombre.

-¿Alex mueve tu culo? -Demi hizo una mueca divertida enarcando una ceja. -Bonito nombre.

-Alex Mueve tu Culo a su servicio. -Hice una reverencia quitándome un sombrero imaginario haciendo que se riera y contagiándome aquel breve estado de felicidad. -Es Levine, Alex Levine.

La Chica Del Pelo Azul [Demi Lovato ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora