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—Bien, ¿cómo te sientes?

— ¿Humillado sería la palabra correcta? —Pregunto mientras cruzó los brazos.

Miro disimuladamente al señor Vante que está en una llamada mientras se mueve de un lado a otro, ganas de aventarle mi zapato no me faltan. Casi tuve que rogarle para que se saliera del baño cuando estaba terminando de orinar, por poco me vuelvo hacer del susto. Quería tomar una ducha, pero él dijo que no podía, me dio la opción de darme una especie de baño de esponja, a lo cual me negué y, al final, a él le importó una mierda, me dio el puto baño de esponja. Al menos no me hizo quitarme la ropa interior, ahí en serio que me hubiera abierto la herida para morir lo más rápido que pudiera. Ahora vino el doctor a revisar como estoy, aunque preferiría que me dejaran ir a mi casa para recuperarme; no creo que puedan seguir con la farsa de que estoy resolviendo los problemas de una dulcería que no existe. El doctor mira en la misma dirección que yo y suelta un suspiro seguido de una risa, creo que entendió el por qué de mi molestia.

—Bueno, Vante puede ser una pareja un tanto intensa.

—Eso se lo puede decir su novia —me encojo de hombros.

—¿Qué? ¿No son ustedes pareja?

—¿Nosotros? —Frunzo el ceño—. No, él no es mi pareja, apenas y lo conozco. El señor iba a comprar dulces en mi trabajo, también nos encontramos un par de veces fuera del local, pero eso era todo.

El hombre abre los ojos estrepitosamente al igual que su boca, puedo ver en sus ojos algo de sorpresa, pero también vergüenza.  Bueno, está avergonzado por su culpa, no se por qué se hizo a la idea de que era mi pareja ese señor; quizás sea por la forma en la que el ese hombre pidió que me trataran con sumo cuidado. Aún así, no debía mal interpretarse eso para pensar que éramos pareja. Mas debo admitir que ese hombre es muy apuesto —extremadamente apuesto—, pero eso solo hace ver que no podría ser algo mío, solo hay que verme. Joder, ya volvió mi depresión, que se vaya el doctor y venga mi psicólogo.

—Será mejor revisar y limpiar la herida, ¿de acuerdo? Quizás te arda o sientas un poco de molestia, incluso puede haber dolor, pero es completamente normal.

Me limitó a asentir con la cabeza y levanto la camisa hasta mi garganta, no quiero que le estorbe para revisar la herida o que algo de la camisa termine ahí y cause una infección, para que al final me tengan que decir que por mi estupidez se me pudrió esa parte de mi cuerpo. Oh, no, ahí viene el pánico, vamos Min, no pasará nada, solo son pensamientos estúpidos que te estás creando. Todo queda de lado cuando el señor Vante se acerca a mí y me obliga bajar un poco la camisa, esto sin dejar la llamada de lado. El doctor solo suelta un suspiro lleno de cansancio y resignación antes de empezar a cortar las vendas para limpiar la herida. Siento que mis mejillas se sonrojan de manera violenta cuando la mano del señor se queda sobre mi pecho y parte de mi piel es tocada por él, quizás en un intento de evitar que levante de vuelta la camisa, aunque creo que eso es absurdo. Ya bajo la prenda, ¿no es suficiente con eso?

—Solo haz lo que te digo, si me entero de que no seguiste mis instrucciones la pasarás mal —veo como cuelga la llamada y tira el celular al mueble que esta junto a la cama.

—Señor. —Toco con un dedo su mano que esta en mi pecho y eso hace que se gire a verme—. ¿Me puede soltar?

—No. —Me mira con el ceño fruncido—. No quieras discutir, Yoongi.

—Pero... ¡Ah!

El líquido que está usando para limpiar me provocó un poco de dolor y ardor, tuve que morder mi labio para no volver a soltar otro quejido. Es como si me hubieran puesto limon y sal en la herida, ya que me de una patada de paso. El doctor me advirtió, pero no dijo que el dolor se iba a sentir como mini puñaladas.

CRIMINAL ||| TAEGI ||| YAOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora