Capítulo 14 -𝘝𝘦𝘦𝘭𝘢𝘴-

1.4K 140 11
                                    

Llego a mi habitación cansada, hoy entrenamos a muchos vampiros y mi loba quedo muy cansada, lo que hace que yo esté a punto de desmayarme

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Llego a mi habitación cansada, hoy entrenamos a muchos vampiros y mi loba quedo muy cansada, lo que hace que yo esté a punto de desmayarme.

Voy directo al baño para quitarme la ropa enlodada y rota por el entrenamiento. El agua aquí en la fortaleza es helada, el bosque a nuestro alrededor no le permite tener una buena temperatura. Pero no es algo de lo que nos quejemos.

Salgo del baño con solo una toalla rodeando mi figura y salgo a buscar mi ropa. Busco en el enorme armario que se encuentra enfrente de mi cama y busco un pijama cuando alguien llama a la puerta.

—¡Adelante!

El vampiro que me ha hecho compañía durante estos dos años entra por la puerta con esa sonrisa que solo es para mí. Voltea a ver que solo hay una toalla cubriendo mi cuerpo y noto como sus ojos se tornan de un intenso tono rubí.

Se acerca hacia mí mientras yo cierro el armario y doy unos cuantos pasos lejos de él. Cada paso que da me advierte que está listo para atacar. Mira mis labios y luego recorre todo mi cuerpo.

De un rápido movimiento ya me tiene contra la pared y nuestras respiraciones chocan. El rubor en mis mejillas no tarda en llegar al darme cuenta de la incómoda situación en la que estamos.

—Stefan...— El vampiro esconde su cara en mi cuello y aspira, como si estuviera oliendo algo embriagante. — ¿Qué crees que haces?

Mi loba Mutare quiere empujarlo muy lejos de nosotras, pero al estar cansada no puede hacer nada. Y siendo sincera, a mí no me molesta para nada tenerlo así de cerca.

—Sé que tu deseas esto tanto como yo— El alza la mirada y sus rubís me dejan hipnotizada— Te he visto mirarme. Aún me deseas.

—Vaya ego que te cargas— Ahora sí me molesto su cercanía— Vete, quiero dormir. Mutare está cansada.

Me alejo de él y señalo la puerta con mi dedo índice y el solo sonríe. Se acerca hacia mí de nuevo y deja un beso en mi cuello. Mi piel se eriza.

—Si puedo causar eso en tu cuerpo, lo que acabo de decir no es tan descabellado, ¿o sí? — Se aleja y se queda parado en la puerta.— Por cierto, Mar ya nos dijo dónde podemos encontrar a una ninfa poderosa, iremos a verla mañana.

Y como si no hubiera pasado nada se va y cierra la puerta. Me quedo algo descolocada.

No puede ser posible que yo sienta algo por ese idiota egocéntrico.

—No sientes nada por él, solo es tu calentura— Mi loba suena cansada de este tema— Hace mucho que no te tocan.

Tiene razón, la mayoría de los lobos que están aquí están con sus respectivas parejas, además no me interesa crear falsas ilusiones a ningún licántropo o vampiro soltero, menos si están en nuestro clan.

Ahora si procedo a vestirme adecuadamente, no sin antes asegurarme que la puerta está cerrada.

Al estar completamente vestida me recuesto en mi cama, espero que Mutare aún no se duerma.

Rebel AlphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora