Capítulo 44 -𝘕𝘶𝘦𝘷𝘰𝘴 𝘓𝘪𝘤á𝘯𝘵𝘳𝘰𝘱𝘰𝘴-

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Un movimiento muy cerca de mi cuerpo me hace despertar lentamente, el olor del lugar en el que me encuentro llena mis pulmones y me provoca abrir los ojos lentamente

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Un movimiento muy cerca de mi cuerpo me hace despertar lentamente, el olor del lugar en el que me encuentro llena mis pulmones y me provoca abrir los ojos lentamente. La luz me hace cerrar inmediatamente mis ojos y ahora intento hacerlo un poco más lento.

Cuando me acostumbro a la luz me topo con una blanca cabellera y los recuerdos llegan en segundos. Volví a pasar la noche con la reina, solo que esta vez fue en su habitación y ahora si se encuentra entre mis brazos al despertar.

El dulce aroma que percibo proviene de su cabello, huele a cerezas, es delicioso.

Se encuentra a mi derecha con su cabeza y torso encima de mí, sus piernas están enredadas con las mías y logro sentir toda la anatomía de su cuerpo, y un pinchazo llega a mi entrepierna.

Mierda, cálmate estúpido.

Un golpeteo en la puerta hace que la loba brinque en su sitio y se siente, dejando al aire libre su torso desnudo, y otro pinchazo llega a mi entrepierna.

La loba comienza a ver a su alrededor hasta que sus azules ojos chocan con los míos y el rubor llena sus mejillas.

—Hola...

Saluda con la voz un poco ronca, se escucha muy tierna, pero a la vez sexy. De nuevo, el efecto Dynthea.

Le sonrío y me siento en la cama al igual que ella para dejar un beso en sus labios, pero el golpeteo en la puerta vuelve a aparecer.

—Mi niña, se le hará tarde para su cita con el vampiro Darkness— La voz de Dulce se escucha a través de la puerta y la loba bufa cerca de mis labios. Deja un corto pico y se levanta de la cama. —El desayuno ya está listo, por si desean bajar usted y el cazador Apolo.

Dynthea se palmea la frente y niega, cosa que hace que suelte una pequeña risa que llama la atención de la loba.

—Ya voy nana, gracias.

Se escuchan los pasos por el pasillo, anunciando que Dulce se aleja.

—¿Tienes una cita con Stefan?

Ella asiente y se dirige hacia el baño de la habitación. Escucho la llave de la bañera y la loba aparece en mi campo de visión.

—Es el primer celo después de siglos, y nos tomó desprevenidos. Las parejas que se postularon para hacer la prueba se perdieron en el bosque y no han regresado. Stefan y yo iremos a buscarlos, pero como no han aullado en busca de ayuda creemos que todo salió bien. Y espero que este celo no dure más tiempo.

La idea de mi loba correteando por ahí con su exnovio no es de mi agrado y no logro disimular mi molestia, al parecer...

—Hey, solo buscaremos a los lobos. ¿No confías en mí?

Intento mostrar una sonrisa mientras la bella y desnuda de Dynthea vuelve a la cama y se sienta sobre mí.

—Siempre he confiado en ti, incluso cuando entre a la fortaleza sabiendo que estaba lleno de lobos. Creía que eras una humana que tenían secuestrada. — Dynthea suelta una melodiosa risa que hace que los músculos que tenía tensos se relajen — Pero no confío en él y lo que pueda intentar hacer.

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