Capítulo 27 -𝘋𝘦𝘴𝘤𝘰𝘯𝘧𝘪𝘢𝘯𝘻𝘢-

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—No es posible, creí que se habían cansado y se habían regresado de dónde venía

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—No es posible, creí que se habían cansado y se habían regresado de dónde venía.

Me encuentro caminando junto a mi mejor amigo rumbo a la pequeña sala de estar de la fortaleza. No hacemos reuniones ahí, pero hoy no me apetece estar en mi despacho.

—Pues créetelo, por cierto, Stefan llegó hace poco, irá a la sala en unos minutos.

Yo solo asiento mientras que un nudo en mi garganta se forma. Aún no supero lo que casi hice ayer. Al llegar a la sala me encuentro con Marge platicando con Louis, Harry y James mientras que en la otra punta de la sala se encuentran Daniel y Bellamy, el cual no deja de mirar a mi amiga.

Todos se voltean al notar mi presencia. Louis se levanta de su sitio y se acerca a mí.

—Hola copito, ¿todo bien? — Yo asiento y lo abrazo. Es mi persona favorita en el mundo.

Cuando nos separamos se va y se sienta de vuelta con su chico. El vampiro con unos raros ojos verdes.

—Bien, hay algo importante de lo que tenemos hablar.

Todos parecen aún más atentos, cuando iba a decir lo que pasó unos brazos tomaron mi cintura y me voltearon. Unos suaves y labios se posaron sobre los míos.

El beso fue tan rápido que no pude responder.

—Hola, mi bella alfa.

Mi vampiro favorito se encuentra frente a mí con una sonrisa en sus labios. Me es inevitable tratar de ver si esos ojos grises están viendo esta escenita.

—Hola, justamente iba a decir algo importante.

Le digo algo perdida.

— ¿Lo de los cazadores? — Después de que el termina de decir eso los murmullos se hacen presentes.

Lo regaño con la mirada y volteo a mirar a todos los presentes.

—Escuchen, al parecer todo lo que indicaba que los cazadores se habían ido, pues resultó ser una falsa alarma.

— ¿Qué pasó? ¿A quién mataron ahora? — La gruesa voz de Bellamy resuena por la sala.

—Por suerte a nadie, resulta que querían mandarme un mensaje. — Todos me miran impacientes— Atacaron a un grupo de rebeldes que se encontraban en las montañas. Todos están vivos, pero de milagro. El mensaje era que terminara con la rebelión. Se supone que hay una especie de descendiente directo, de Apolo, el cazador que mató a Daphne, la primera Reina de los licántropos.

— ¿Fue él el que envió el mensaje? — Marge parece alarmada.

—Los chicos dicen que no vieron quien los atacó, pero mencionaron que ese tal Apolo está listo para cortar mi cabeza en cuanto me tenga en frente.

—Ante mi cadáver. — Stefan aprieta su agarre en mis caderas.

—Pues si se supone que es un cazador poderoso, no dudes, vampiro, en que serás el primero en su lista. — Daniel habla fuerte y claro provocando a mi novio — Y no podrás protegerla.

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