Tiré de las maletas durante un buen rato mientras atravesaba el aeropuerto. En silencio, observando todo a mi alrededor. Había demasiada gente. Mucho ruido.
No había pasado ni media hora desde que había salido del avión que me traía de vuelta a casa después de dos largos años en Estados Unidos. Dos años que fueron suficientes para terminar de pulir a la persona que era actualmente y para dar por formada a la gran jugadora que llevaba dentro. Una chica que jugaba con un objetivo que no era bueno.
Que hubiera tanto bullicio era molesto. No me gustaba esta clase de ambientes con conversaciones por todos lados, personas yendo muy rápido por motivos que no quería saber, altavoces dando información,...
Al cruzar la puerta principal, una ráfaga de aire frío se estampó contra mi cara.
Adiós clima desigual de Manhattan, hola tiempo otoñal de Kansai.
Me tomé un momento para estirarme, también para crujir mi cuello después del eterno viaje en el que había estado durmiendo la mayor parte del tiempo. Acto seguido, busqué con la mirada un taxi que me llevara a casa. El hombre fue muy amable conmigo, pero simplemente se lo agradecí con una simple reverencia. Si acaso esperaba recibir el mismo trato de mi parte se iba a llevar una gran decepción.
Miya (enviado a las 21:47 p.m.):
Ya he llegado, voy de camino en un taxi.Las únicas personas que sabían de mi regreso a Japón eran mis padres. Estaban al tanto de esto por obligación, porque eran mis padres al fin y al cabo y yo era menor aún. Si las circunstancias fueran distintas no los hubiera avisado, pero tenía que hacerlo. Quisiera o no, seguían siendo mis padres y debía aceptarlos. Sin embargo, les dejé muy claro a ambos que ni se les ocurriera mencionarles algo a mis hermanos.
Mi intención no era sorprenderlos ni mucho menos. Ni siquiera eran conscientes de que estaba de vuelta y, la verdad, no me importaba en absoluto. No les dije nada cuando me marché y tampoco iba a hacerlo cuando regresara.
Porque no me llevaba bien con ellos. Para mí, esos dos solo eran dos personas con las que estaba obligada a compartir un techo y que solamente cumplían con la etiqueta que les había tocado. Ni buscaba tener esa relación soñada que la mayoría de las chicas querían tener con sus hermanos mayores, ni la quería. Y ese rechazo que sentía hacia ellos tenía motivos más que justificables.
Mamá (enviado a las 21:50 p.m.):
Está bien, avísame cuando llegues a casa.
Tu padre y yo hemos tenido que salir, nos veremos mañana después de clases.Un largo suspiro se escapó de mis labios. Apoyé la cabeza en el asiento y cerré los ojos.
»¿Había hecho bien en volver?
—¿Estás segura de que quieres volver? —me preguntó el entrenador cuando todas las demás se fueron?
—Mi contrato con el equipo se acaba ya y no voy a renovarlo —me justifiqué al mismo tiempo que me cruzaba de brazos—. Dígame, ¿qué me queda por hacer aquí para quedarme?
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Strawberries & Cigarettes ━━Haikyuu!!
Fanfic𝖤𝗅 𝗆𝗎𝗇𝖽𝗈 𝖾𝗌 𝗎𝗇𝖺 𝖿𝗂𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾. 𝖯𝖺𝗋𝖺 𝖠𝗍𝗌𝖺𝗆𝗎 𝗅𝖺 𝗆𝗎́𝗌𝗂𝖼𝖺 𝖼𝖺𝗅𝗆𝖺 𝗌𝗎 𝗈𝖽𝗂𝗈. 𝖯𝖺𝗋𝖺 𝖲𝗎𝗇𝖺 𝖾𝗅 𝖺𝗆𝖻𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖽𝗂𝗌𝗂𝗉𝖺 𝗌𝗎𝗌 𝗉𝗋𝗈𝖻𝗅𝖾𝗆𝖺𝗌. 𝖤𝗅𝗅𝖺 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝖻𝗎𝗌𝖼𝖺 𝗎𝗇𝖺 𝗏𝗂́...