𝔒𝔦𝔡𝔬𝔰 𝔰𝔬𝔯𝔡𝔬𝔰

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Como un preso que anhela la libertad, los alumnos dejaban poco a poco sus clases después de un largo día lectivo deseando no regresar y poder descansar

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Como un preso que anhela la libertad, los alumnos dejaban poco a poco sus clases después de un largo día lectivo deseando no regresar y poder descansar.

Conversaciones triviales, risas, emoción por la libertad, felicidad por las calificaciones, caras largas, ojeras marcadas, ojos cansados bajo sonrisas fingidas.

Simples estudiantes que sentían que los explotaban de forma indirecta.

Mis dedos se deslizaron suavemente por mis ojeras acariciando mis ojos y tratando de borrar todo rastro de agotamiento tras todas las clases mientras bajaba las escaleras en dirección al patio.

Había tanta gente hablando por todos lados que era un completo asco.

Mi día había sido extrañamente más tranquilo de lo habitual. Las clases habían sido igual de aburridas como cada día pero los gemelos no se habían entrometido en mi camino en ni un solo momento. Sí que se habían unido a mí durante el trayecto a clase, pero no se dirigieron a mí en ninguna ocasión, simplemente hablaban entre ellos o se mantenían en silencio. Atsumu tampoco compartió ni una mísera palabra conmigo en todo el día, incluso había podido apreciar que realmente le costaba hablar conmigo. Actuaba como si tuviera miedo.

Inferioridad e inquietud en sus ojos cada vez que se encontraban con los míos de forma desprevenida durante unos segundos.

Por como estaban las cosas, parecía que le había quedado claro de una vez cómo era la situación actual. Una situación donde reinaba el caos por mi culpa y en la que me negaba a aceptarlos.

Osamu tampoco me molestó. Él siempre iba en su mundo, manteniéndose lo más calmado posible y evitando que nadie lo molestara, cosa que agradecí mucho porque a veces podía ser incluso más incordioso que Atsumu. Porque podía estar absorto gran parte del tiempo, pero era capaz de molestar como un verdadero idiota.

Así como no hablamos, tampoco nos vimos ya que yo seguí de largo y ellos desaparecieron después de haberse reunido con Suna en la entrada. Ni una sola palabra compartimos entre los cuatro, tan solo una simple mirada de apenas segundos antes de separarnos para que la oscuridad de mi mirada y la frialdad de sus ojos se encontraran irremediablemente.

Bajaba por las deshabitadas escaleras en dirección a la salida, donde Lia me estaba esperando como hacía cada día desde que nos conocimos.

No la entendía ni tampoco quería hacerlo, pero debía tener una muy buena razón como para seguir queriendo permanecer cerca de mí a pesar de haberle dejado claro que yo no la necesitaba ni le había pedido que se mantuviera a mi lado por su propio bien.

Lia realmente no era mala chica, más bien al contrario, pero le costaba entender las cosas cuando se las decías y yo, la verdad, es que no quería ser tan grosera con ella.

Yo no quería ser grosera con nadie, tampoco hacerles daño, no era mi culpa tener una personalidad como la mía, pero no iba a permitir que nadie se adentrara más de la cuenta en mi vida.

Strawberries & Cigarettes ━━Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora