El pasto era verde, las lápidas hacían un hermoso, pero triste paisaje. Había un aroma dulce proveniente de las tantas flores dedicadas a las personas queridas. Seguí las exactas instrucciones de Zoey para llegar a mi objetivo. Vi una ancha espalda, cubierta por un traje de gala negro. Un hombre solitario estaba parado frente a una tumba, con sus manos juntas en frente y la cabeza gacha. Me acerqué a él y coloqué mi mano en su hombro. El chico se dio la vuelta, con la cabeza aún baja, hizo un esfuerzo para contener sus lágrimas y ser capaz de hablar. Agaché mi cabeza para encontrar sus ojos, con una sonrisa lastimera.
El chico levantó la vista junto a mí y, finalmente nuestros ojos se encontraron. No sabía qué decir, de hecho, me parecía una hipocresía de mi parte estar ahí. Nos quedamos mirándonos los ojos por varios minutos. Yo contemplaba la tristeza de sus ojos, mientras pensaba en alguna palabra que pudiera hacerlo sonreír.
Me preguntaba qué pasaba por su cabeza, así que me armé de valor y abrí mis labios para decir finalmente algo. Pero no pude decir, ni siquiera hacer un sonido. Joe me envolvió en sus brazos, me abrazó tan fuerte, como si quisiera vaciar el dolor de su corazón en mí, como si yo fuera la única persona que podía consolarlo, como si se fuera a derrumbar en mis manos. Cerré mis ojos y comencé a acariciar su espalda, dando pequeñas palmadas.- Todo está bien. No te preocupes, déjalo salir -le susurré al oído.
Mi corazón se derrumbó en pedazos, cuando comencé a oír el llanto de Joe. Cuando sentí sus lágrimas caer. Cuando sentí que finalmente, se había derrumbado.
[...]
Bajo la sombra de un enorme árbol, ambos contemplábamos el paisaje, era un lugar tranquilo, un lugar para reflexionar, era muy triste ver tantos nombres escritos en piedra, pero era digno de observar. Giré mi cabeza en dirección a Joe, ya sus lágrimas habían desaparecido, y el nudo de su garganta se había desatado.
- Cada año es así... ¿Sabes? Vengo aquí a estar solo - mi miró con ojos caídos.
- ¿Por qué tus amigos no vienen?
- Solían venir. Pero llegó un momento en el simplemente quería estar solo. Ni mis amigos podían calmar este dolor - dijo mientras volvía a mirar al suelo con tristeza.
- Nadie, jamás podrá calmar este dolor. Lo sé porque yo lo perdí todo hace mucho tiempo.
- ¿Qué haces tú en el aniversario de la muerte de tus padres? - preguntó mirándome una vez más.
- Nada. Nunca he hecho nada - ahora era yo la que evitaba su mirada clavando la mía en el lúgubre pero bello paisaje.
- ¿Por qué? - dijo con una hermosa sonrisa de curiosidad.
- No tengo tiempo, nunca lo he tenido. Simplemente me gusta pensar que ellos me están protegiendo - lo miré por un segundo.
Joe no supo qué decir ante el comentario. Simplemente bajó la cabeza y comenzó a jugar con el pasto. De repente se puso de pie, se limpió el pantalón de gala manchado con el pasto y dio un pequeño salto.
- Bueno, a partir de ahora va a ser diferente. El día del aniversario de tus padres te acompañaré a sus tumbas.
Joe me sonrió, estirando su mano para ayudarme a levantarme. Sonreí con dolor, si tan sólo él supiera sobre mis padres. Agarré su mano y me puse de pie, sacudí la suciedad de mi trasero y comenzamos a caminar juntos.
- Lamento haber venido en tu tiempo a solas - dije sonriendo.
- No te preocupes, verdaderamente, agradezco que hayas venido. Necesitaba un hombro en el cual apoyarme - dijo mirándome por un segundo y luego mirando sus pies al caminar.
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O.S.A
Novela JuvenilKat, una asesina bien entrenada se propuso terminar lo que su madre comenzó y matar a la única persona que conoce de su organización secreta...pero para encontrarlo debe ir al colegio y vivir como una adolescente normal. Donde descubrirá sentimiento...