Jamás en mi vida había estado tan segura de algo, estaba 100% segura de que era él, encajaba perfectamente, por eso me llamaba tanto la atención. En OSA me enseñaron: Por muy segura que estés de algo siempre necesitas pruebas que confirmen tu teoría. Si de verdad creía que era él, tenía que buscar pruebas, conocerlo mejor y asegurarme. No podía preguntarle a Zoey porque levantaría sospechas, debería acercarme a él lentamente, empezaré por investigar a sus amigos:
- Zoey, dime sobre los demás - dije mirándola con ojos felices y seguros.
- Claro - respondió Zoey con desbordante emoción.
Zoey me contó sobre todos sus compañeros y me facilitó información que me ayudaría a investigar mejor. Estuve observando el comportamiento de la pandilla durante cada clase, son ruidosos cuando están fuera de clase, pero dentro de ella son alumnos excepcionales. De repente todos se pusieron de pie y salieron del aula, no entendía que pasaba, todavía no es hora de marcharse:
- ¿No te vas a cambiar? - dijo Zoey mientras me agarraba de la mano.
- ¿Cambiarme? - pregunté confundida mientras era arrastrada por la delgada pero fuerte chica.
- Sí, toca gimnasia, o sea, ejercicios, o sea, no uniforme, al menos no el escolar - respondió mientras seguía caminando.
- ¡Oh! - exclamé, dándome cuenta de lo que estaba ocurriendo.
Ambas nos dirigimos a los vestidores y me cambié a un chándal bastante cómodo para ejercitar. Zoey me arrastró hasta un enorme patio donde la gente corría en chándal y varios instructores gritaban, nos unimos al grupo de personas frente a nuestro instructor, el cual no dudó ni un segundo en dirigirse a mí:
- ¿Y tú eres? - preguntó mientras me miraba y caminaba de un lado a otro
- Soy una alumna nueva, señor - contesté en posición firme y mirando al frente.
- Ya sé que eres nueva, me refiero a tu nombre - dijo mientras lanzaba una pelota al aire y la atrapaba.
- Elizabeth, señor - respondí con tono firme, sin mover ni un dedo.
- Elizabeth... bonito nombre... Bueno, Elizabeth, o mejor... Lizzy, no me llames señor, me hace sentir viejo - comenzó a reír el profesor.
La verdad es que el instructor no era viejo, de hecho, me recordaba a Marco, ya que era bastante joven, alto, robusto y guapo:
- Lizzy, ¿alguna vez has practicado algún deporte? - dijo soltando la pelota y deteniéndose frente a mi.
- Lo hago todo el tiempo, me especializo en artes marciales - dije mientras relajaba un poco la posición de firme.
- ¡Oh! Artes marciales - alzó ambas cejas
Las personas me miraban asombradas, tal vez por mi posición firme o por mi comentario:
- Hoy nos mostrarás de qué estás hecha - dijo lanzándome la pelota, lo cual provoco que abandonara mi pose y la atrapara.
Todos prestaron atención, pero especialmente Joseph y su pandilla que me miraban con desespero. El instructor nos hizo dar 10 vueltas al enorme terreno, hacer 100 abdominales, lagartijas y sentadillas. Al sonar la campana todos estaban agotados, pero yo me mantenía firme sin tan siquiera limpiarme el sudor. El instructor me miró:
- Eres muy buena Lizzy, algo me indica que serás mi favorita - dijo volteándose inmediatamente después y marchándose.
Todos me miraron con envidia, mientras yo veía la espalda del instructor alejarse y comenzaba a relajar mi cuerpo mientras sonreía. Zoey no pudo evitar acercarse:
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O.S.A
Genç KurguKat, una asesina bien entrenada se propuso terminar lo que su madre comenzó y matar a la única persona que conoce de su organización secreta...pero para encontrarlo debe ir al colegio y vivir como una adolescente normal. Donde descubrirá sentimiento...