Capítulo 11

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– Mamá... ¿Qué crees que debo hacer?

Miré a todos lados buscando una respuesta, todo era blanco, no había nada, ni objetos, ni personas, ni animales, ni siquiera sombra. Miré alrededor tratando de descifrar el lugar en el que estaba, pero una voz a lo lejos se llevó mi atención.

– Lucha.

– ¿Mamá? – pregunté con desespero.

– Lucha – la voz misteriosa continuó.

– ¿Dónde estás? – pregunté mirando a todos lados.

– Protégelo.

– ¿Mamá? ¿Eres tú? – continué buscando.

De repente un agujero se abrió en el suelo y me tragó por completo, comencé a caer en un abismo de oscuridad del que no parecía haber salida.
Finalmente aterricé en un suelo mojado. Miré a mi alrededor, todo oscuro, todo negro. Una mujer vestida con un precioso vestido blanco apareció de la nada.

– Hija mía. –dijo con ternura.

– ¿Mamá? – traté de acercarme a ella.

– Lucha por el amor. Nadie puede detenerte.

Intenté acercarme a ella, intenté abrazarla con lágrimas en los ojos. Pero mientras más cerca yo estaba, más lejana estaba ella.

– Nadie en este mundo puede detenernos – siguió repitiendo –Nadie en este mundo puede detenernos. Nadie en este mundo puede detenernos.

La mujer comenzó a cambiar, hasta convertirse en aquel hombre anciano, con cara seria.

– Yo puedo detenerte.

Desperté sudando. Miré la hora en mi nuevo teléfono: 9:00am. De un salto me levanté de la cama y comencé a vestirme. ¿Por qué Marco no me despertó? La puerta comenzó a retumbar.

– Ahí está – me dije a mí misma.

Fui enojada hacia la puerta preparada para gritarle a Marco mis pensamientos. Pero fui detenida por la persona detrás de aquella puerta... No era Marco... Era Julie.

– Perdón por despertarte – dijo la alta y joven mujer de cabellos de plata –Es hora de comenzar los preparativos para la misión.

En ese momento recordé. Ya no iba al colegio, ya no vería a Joseph, ni a Zoey, ni a Ryan, ni a los otros.

[...]

– De acuerdo –dijo Julie dirigiéndose a la enorme mesa en el medio del salón junto a mí. – Nuestro objetivo de John Michaels, 45 años.
Se proyectó un holograma de la víctima.

– Él es gerente de uno de los hoteles más famosos de la ciudad.

Los hologramas en la mesa iban cambiando a medida que Julie me informaba. Delante de mí apareció un holograma del enorme hotel, el cual tenía su nombre en un enorme cartel iluminado: "The Falls". También había un archivo con todos los detalles de la vida de John.

– Tiene una vida muy ocupada, pero por suerte para nosotros... tiene una agenda. Después de salir del hotel suele ir a los clubes –dijo Julie sonriendo.

– ¿Clubes? – pregunté.

– Sabes... los clubes. – insistió Julie.

– Entendido – no pude evitar dejar salir una sonrisa.

– Está divorciado, su matrimonio no tuvo un final feliz, tiene prohibido acercarse a su esposa o a su hijo. Pasa la mayor parte del tiempo trabajando o en clubes, pero cuando no, suele estar en la piscina de su casa con una cerveza en sus manos – continuó la joven muchacha mostrando una foto de la increíble casa.

O.S.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora