Capítulo 18 [Final]

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Finalmente había acabado toda la farsa...Los ojos del Director también estaban abiertos como platos, nadie creía la escena que estaban contemplando. Entonces la cara de Marco cambió, se logró distinguir una tenue sonrisa, que al pasar el tiempo se convirtió en una carcajada prácticamente. Entonces los ojos del chico se dirigieron a su cuerpo, y luego hacia mí, miró el cadáver y comenzó a reír.

- ¿Pero se puede saber.... - balbuceó enojado el director.

Aprovechando la confusión del momento apunté a la cabeza del director, mientras Marco, el oficial y Joseph apuntaban a los demás presentes. Miré brevemente el cadáver del agente de O.S.A al que había disparado. Entonces Marco, Joseph y yo compartimos una mirada de complicidad.

- Tu plan estuvo equivocado desde un principio señor - dije de forma burlona.

Sus ojos al punto de salirse de las órbitas y sus labios entreabiertos hablaron por si solos sobre la conmoción que sentía. Entonces recordé:

Finalmente me había calmado, Marco me había dejado sola, para yo poder reflexionar. La puerta resonó con un leve golpe. La abrí. Allí, frente a mis ojos se encontraba el anciano. Toda la rabia regresó a mí. ¿Por qué estaba allí? ¿Acaso quería morir y arrastrarme con él? Entró sin permiso alguno, examinó de cada centímetro de la habitación, tal vez cerciorándose de que nadie escuchaba.

– Antes de que te lances hacia mí de nuevo déjame hablar – pidió con voz débil.

No dije una sola palabra.

– Necesito que me ayudes – sus ojos brillaban con maldad – Verás, siempre te estoy observando, y siempre estoy observando a tu amigo Marco también. Sé todo lo que él piensa, sé que piensa traicionarme, y sé que piensa destruir la organización. Pido que me ayudes a tenderle una trampa a él y a Joseph, para acabar con todos de una vez y poder seguir con nuestras vidas.

Puse una mueca incrédula.

– ¿De verdad crees que te ayudaré? – cuestioné – Después de todo lo que me dijiste. ¿Cómo te atreves a venir y pedirme que te ayude a traicionar a mi amigo?

– Sé que todo lo que te dije fue inesperado. Sé que debes estar furiosa y lo entiendo. Pero me vas a ayudar, porque querrás proteger todo lo que tu madre luchó por defender.

Me extendió una carta, algo amarillenta por los notables años que había pasado.

– Esta carta me la dio tu madre justo antes de morir– afirmó.

Con cuidado la abrí, con miedo a que se deshiciera en mis manos. Era la letra de mi madre.

"Sé que estoy caminando hacia una trampa y lo haré con orgullo por mi Organización. Pero solo te pido señor, por favor protege a mi hija a cualquier coste. Le pido que le cuente toda mi historia y que sepa que su madre murió orgullosa de haber servido a este lugar, al lugar que creó su abuelo y que la vio crecer y le enseñó todo lo que supo. Por favor, no permitas que crezca odiando lo que hace, haz que ame su vida tanto como la amé yo"

Al leer esto miré de nuevo al director, estaba sonriendo.

– Ella escribió esto sin saber que el lugar que tanto amaba la traicionó. – aseguré con rabia.

– Ella hubiera entendido, ella entendió cuando matamos a su amado y aunque sabía que la trampa provenía de alguien dentro de la propia organización, no se echó atrás. Incluso en sus últimos momentos, no culpó a la organización por lo ocurrido. Puedes odiarme, culparme, me lo merezco, pero si esta organización cae, todos iremos a la cárcel o moriremos. Piensa por un segundo, incluso si todo esto está mal, matarías a personas que te han visto crecer, que crecieron contigo. ¿De verdad crees que nos perdonarán? ¿Crees que perdonarán a Marco o a ti? Lo que hice estuvo mal, pero no condenes a todos por mis acciones.

O.S.ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora