7- Hijo de puta

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Ya nos vamos.- Le sonreí a Juan, se quería quedar en la casa de Abril, que casualmente está arriba de la cafetería.

Nos vemos mañana entonces, no se peleen.- Sonreí incómodo al estúpido cuatro ojos, dándole una mirada que claramente dice "no aquí wey".

Vas pues.- Diego golpeó el brazo de Juan causando un pequeño dolor en el.

Caminamos fuera de la tienda para entrar a la camioneta.

Te ayudo.- Donovan me abrió la puerta del copiloto.

Subí al auto, vi como Diego ya estaba de conductor, encendiendolo, al parecer esto no le gustó al donitas.

Vi como el bajista de la banda entró de mala gana a la parte trasera del coche.

Escuché un suspiro por parte de Diego, voltee a verlo, solamente me dio una sonrisa algo triste.

Barca arrancó el auto, haciendo el silencio más incómodo del mundo.

¿Tienen sueño?.- Debo quitarle el tinte incómodo a este viaje.

No.- Contestó Donovan, haciendo que quitar ambiente sea aún más difícil.

Yo sí...- Solté en un suspiro, levanté mis piernas colocándolas arriba de la guantera.

Duerme, yo te despierto cuando lleguemos.- Diego acarició mi cara con sus frías manos.

Cerré mis ojos, tratando de dormir.

Diego.- Escuché como Donovan lo llamó, no abrí mis ojos, quiero saber de qué quiere hablar. Roberto me gusta.-

¿¡Q-qué!?, Aunque ya lo sabía, es algo... ¿Inesperado?.

¿Y?, ¿Crees que celandolo lo vas a enamorar?, No sé lo que quieres Donovan, pero deberías de dejar los celos de lado, estamos en una banda juntos ¿no?.- Barca, se escucha bastante molesto, casi podía imaginarlo con el ceño fruncido.

Quiero hacerlo mío, lo quiero para mí y para nadie más, eso es lo que quiero, y no, no dejaré mis celos, ¿Acaso crees que dos años de sentimientos se olvidan así como así? Chingas a tu madre.- Escuché como el carro paró.

Donovan, no me hagas sacarte la mierda.- Gritó Diego en un susurro.

Atrévete.- Le respondió Donovan, riendo.
No podía abrir mis ojos, sería demasiado incomodo.

Moví mi cuerpo para que supieran que sigo allí.

Cállate, despertarás a Roberto.- Diego acarició mi cabello, después me dio un beso en la mejilla.

Mierda, tranquilo Roberto, no abras los malditos ojos.

¿Es neta?.- Está vez fué Donovan quien habló.

Escuché una risita burlona de parte de Barca, valió verga.

Pero no fué así, se callaron, haciendo que por fin me sintiera somnoliento.


[•••]


Mañana recuérdame revisar mis correos, Gabriel dijo que me mandaría un mensaje para cuando pudiéramos grabar las canciones.- Le decía a Diego mientras que, con cuidado bajábamos la batería.

Bostezaba de vez en cuando, al final si pude dormir un rato en el camino.

Muy bien papá.- Revolvió mis cabellos, haciendo que cubrieran mi vista, sonreí por su diálogo.

Entre las cuerdas de mi guitarra ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora